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Sánchez y Costa, dos líderes socialistas en plena tensión interna pero con salidas muy diferentes

La primera cumbre hispano-portuguesa tras el fin de la pandemia ha sido también el encuentro entre dos líderes socialdemócratas en momentos convulsos, aunque con diferencias muy importantes. El primer ministro de Portugal, António Costa, ha llegado a la reunión de Trujillo (Cáceres) inmerso en una crisis política que casi nadie barruntó hace unas semanas y que está a punto de conducirle a un adelanto electoral, aunque rehusó comentarla en la conferencia de prensa que cerró el encuentro: “Tengo por costumbre no comentar la política portuguesa cuando estoy en el extranjero”. El presidente español, Pedro Sánchez, afronta un momento decisivo de la legislatura, con el desencuentro con sus socios de Podemos a propósito de la negociación laboral, pero sin riesgo aparente de convocatoria de elecciones.

Toda la prensa española acreditada en la cumbre estaba pendiente del encuentro entre Pedro Sánchez, Nadia Calviño y Yolanda Díaz, que participan en la cita, después de la crisis más grave en la coalición en los últimos meses. En el vídeo distribuido por La Moncloa ―que esta vez, al contrario de lo que es habitual en estas cumbres, no ha dejado que la prensa estuviera presente en el momento del saludo de las dos delegaciones, de manera que se controlaba oficialmente las imágenes de este primer encuentro tras la crisis entre Sánchez, Díaz y Calviño― se aprecia claramente cómo Díaz saluda a Sánchez de forma afectuosa y le acaricia la cara después de la fortísima tensión de esta semana, que se vivió como un pulso entre ambos.

“La relación [entre Calviño y Díaz] funciona correctamente, puede haber algún malentendido pero ya está resuelto”, ha resumido la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, preguntada sobre la crisis entre las otras dos. “Desde el punto de vista de la sustancia no ha habido ningún tipo de discusión ni de debate dentro del Gobierno. Hemos estado en estos últimos días viendo cómo organizábamos la coordinación. Nuestro gobierno apuesta por el diálogo social. Queremos tener el máximo consenso”, ha señalado en una entrevista en La Sexta la propia Calviño.

El encuentro entre Sánchez y Costa se produce pocas horas después de que la Asamblea de la República de Portugal tumbase, por primera vez en su historia, el proyecto de presupuestos del Estado para 2022 y dejase al país al borde de unas elecciones anticipadas. Costa asumió el abandono de sus antiguos socios, Bloco de Esquerda (BE) y Partido Comunista Portugués (PCP), como “una derrota personal”, pero dejó claro que no dimitirá y que estaría dispuesto a gobernar con las limitaciones económicas de no tener presupuestos. Ayer mismo el Gobierno portugués aprobó una serie de medidas para ayudar a rebajar el impacto de la subida de combustibles en el bolsillo de los consumidores. En España, a diferencia de Portugal, incluso si no se lograran aprobar unas nuevas cuentas públicas no tendría que haber adelanto electoral, porque se podrían prorrogar sin problemas las anteriores. En Portugal el mecanismo previsto es distinto y más complejo: el llamado “gobierno en duodécimos”, esto es, cada ministerio puede gastar al mes la doceava parte del presupuesto ejecutado el año anterior.

Nadia Calviño, a la izquierda, y Yolanda Díaz, este jueves en Trujillo (Cáceres).Fernando Calvo / Moncloa

En esta cita, por primera vez, la incertidumbre política la ha aportado Portugal, que siempre había sido el vecino al que el Gobierno español envidiaba su estabilidad a pesar de carecer de mayoría absoluta. Para Pedro Sánchez, el socialista Costa y su modelo de convivencia a la izquierda siempre fue uno de sus referentes. Durante años, además, ambos eran los únicos líderes que tenía la socialdemocracia en la Unión Europea. Ambos políticos se intercambiaron elogios al inicio de la rueda de prensa. “He visto pocos líderes con las habilidades y capacidades negociadoras del primer ministro”, alabó el presidente español. “Pedro Sánchez es la voz progresista más fuerte en los consejos europeos”, le correspondió Costa, que destacó la visión compartida entre ambos países para afrontar la pandemia. “Portugal y España se batieron en la Unión Europea para que la respuesta a esta crisis fuese desde la solidaridad y no de la austeridad”, destacó.

Con todas las tensiones que perturban a menudo la convivencia en la coalición entre PSOE y Podemos en España, en esta ocasión Pedro Sánchez llegó a la cumbre con menos preocupaciones que su colega luso. En 2019, Sánchez reclamaba a Pablo Iglesias una solución “a la portuguesa”, esto es que Unidas Podemos no entrara en el Gobierno y apoyara al PSOE desde fuera. Pero la coalición española ha resultado a la postre menos volátil que el Gobierno en minoría de los socialistas portugueses, que hasta ahora habían logrado sacar adelante sus principales medidas con apoyos puntuales. Los presupuestos de 2021 salieron con la abstención del PCP y otros pequeños grupos de izquierdas, aunque con el rechazo del Bloco de Esquerda, a pesar de que el país vivía la excepcional situación de la pandemia. Un signo de que entre ambos partidos había más muros que puentes. Durante la gestión de la crisis sanitaria, el primer ministro portugués contó con el apoyo del Partido Social Demócrata (PSD, centroderecha) para declarar el estado de calamidad.

António Costa llegó a Trujillo tras cenar anoche con el presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, que ha iniciado una ronda de contactos para conocer la opinión de partidos, agentes sociales y el Consejo de Estado respecto al posible adelanto electoral. Unas decenas de personas se concentraron en las cercanías, en la Plaza Mayor de Trujillo, para mostrar su rechazo por la pésima conexión ferroviaria de Extremadura. Precisamente los planes del ferrocarril entre España y Portugal, que hasta ahora no han acompasado sus proyectos para el desarrollo de la alta velocidad, fue uno de las temas abordados en la cumbre. Sánchez aseguró que en 2022 será una realidad la nueva conexión entre Badajoz y Plasencia, mientras que Costa recordó que el plan portugués contempla la finalización de la línea de alta velocidad entre Elvas y Badajoz a finales de 2023. En ese momento el viaje en tren entre Lisboa y Badajoz podría ser de dos horas y comenzaría a acercar las dos capitales ibéricas. Portugal, además, avanza en la conexión hacia el Norte y defiende también una futura comunicación de los corredores mediterráneo y atlántico.

La cumbre sirvió para renovar el Tratado de Amistad y Cooperación entre Portugal y España, firmado en 1977 por Mario Soares y Adolfo Suárez. “Ni España ni Portugal estaban en la UE y solo Portugal estaba en la OTAN. Este tratado moderniza nuestras relaciones en nuevas áreas y nuestra relación en el marco de la UE y en la OTAN”, señaló Costa. Entre los acuerdos suscritos figura el Estatuto del Trabajador Transfronterizo, que beneficia a las poblaciones de la Raya para facilitar su acceso a sistemas sanitarios o laborales, y medidas para favorecer la transición ecológica como el desarrollo del hidrógeno verde o el impulso a la producción de coches eléctricos.


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