Sánchez y Macron homenajean a Azaña en una simbólica cumbre en Montauban

Sánchez y Macron, en la última cita que mantuvieron, el 14 de diciembre en París. El presidente español tuvo que mantener una cuarentena después porque el francés dio positivo en covid.
Sánchez y Macron, en la última cita que mantuvieron, el 14 de diciembre en París. El presidente español tuvo que mantener una cuarentena después porque el francés dio positivo en covid.IAN LANGSDON / EFE

Emmanuel Macron y Pedro Sánchez protagonizan este lunes una cumbre de gran contenido simbólico para la historia común de los dos países, que tendrá su momento culminante cuando ambos visiten juntos la tumba de Manuel Azaña en Montauban. Fue en esta ciudad del sur de Francia donde el último presidente de la República española, enfermo, exiliado, perseguido por los agentes de la España franquista, y acosado por la Francia de Vichy, murió el 3 de noviembre de 1940 a los 60 años. Será un gesto de calado histórico: la primera vez que los presidentes francés y español rinden homenaje a Azaña ante una tumba que simboliza el exilio y la persecución de centenares de miles de españoles al final de la Guerra Civil.

Sánchez ya viajó el año pasado a esta tumba con representantes del exilio español y el Gobierno ha promovido una gran exposición en la Biblioteca Nacional donde está la mesa en la que Azaña firmó su renuncia como presidente de la II República, y que fue inaugurada por el rey Felipe VI, en otro gesto simbólico de reconocimiento a Azaña por parte del jefe del Estado actual. Precisamente Sánchez no pudo inaugurar con el Rey esa exposición en diciembre, como estaba previsto, porque tuvo que mantener una cuarentena después de haber comido con Macron, que enfermó de covid-19 poco después.

El homenaje pondrá fin a una cumbre —la primera franco-española desde 2017, cuando Mariano Rajoy y François Hollande lideraban los dos países—marcada, entre otros temas, por las diferencias entre Madrid y París a causa de los cierres unilaterales de pasos fronterizos por parte de Francia en los últimos meses. Otro asunto sensible para España es el pasaporte de vacunación europeo, clave para salvar la temporada turística. Y también hay diferencias: Sánchez es uno de sus mayores defensores pero tendrá que intentar convencer a Macron, que aún no lo ve claro. La vacunación avanza lentamente en toda la UE y en Francia los datos de contagios siguen empeorando pese a que todos los bares y restaurantes están cerrados y se mantiene un férreo toque de queda a las 18.00.

El resultado más tangible de la reunión, en la que participarán por vía telemática los principales ministros de ambos Gobiernos y de forma presencial solo los líderes, será la firma del convenio de doble nacionalidad, el primero que España rubrica con otro país de la UE. El convenio permitirá a los ciudadanos binacionales ostentar el pasaporte francés y español a la vez. En Francia la doble nacionalidad es legal; no así en España, que hasta ahora obligaba a renunciar al pasaporte francés si se adoptaba el español, aunque la binacionalidad era aceptada como una situación real de hecho, aunque no estuviese cubierto por la ley.

Macron y Sánchez se han reunido múltiples veces desde que el primero llegó al poder en mayo de 2017 y el segundo en junio de 2018, pero la cumbre, tradicionalmente anual y que se celebra por vigesimosexta vez, se había aplazado por múltiples razones, entre ellas las sucesivas elecciones en 2019 en España y después la pandemia. La cumbre de Montauban consistirá en una reunión cara a cara de media ahora entre ambos presidentes, seguida de un almuerzo y finalmente una sesión plenaria en la que intervendrán los ministros. Por España intervendrán los cuatro vicepresidentes y los ministros de Exteriores, Interior, Defensa, Justicia, Transportes, Trabajo, Educación y Universidades.

Entre los temas que prevén abordar figuran, además de las cuestiones bilaterales, el plan de relanzamiento europeo y los proyectos de transición energética y digital, los proyectos industriales de defensa conjuntos, y la reforma del espacio Schengen de libre circulación y la política migratoria común. Sánchez también quiere tratar asuntos relacionados con el gran fondo de recuperación europeo y la posibilidad de usarlo para proyectos de grandes interconexiones eléctricas y ferroviarias entre los dos países.

Uno de los asuntos más delicados es el cierre, decidido por Francia, de hasta 19 pasos fronterizos, un gesto que ha causado inquietud en España y en municipios de ambos lados de la frontera. La decisión de cerrar los puestos de frontera “ocurrió en un contexto de lucha contra el terrorismo y en un contexto sanitario y, además, con la voluntad de controlar los flujos migratorios, porque numerosos migrantes entran por España y suben a Francia”, justificó el viernes una fuente del palacio del Elíseo, que requirió anonimato. En la cumbre podría abordarse la creación de una comisión conjunta que estudie los efectos de los cierres en la vida cotidiana de las poblaciones transfronterizas.

“Desde el Gobierno de España respetamos la decisión del Gobierno francés, pero entendemos evidentemente que […] la protección de la libre circulación de ciudadanos dentro del espacio Schengen es un principio identitario de la Unión Europea y que el elemento sustancial debe ser la protección de las fronteras exteriores de la Unión Europea”, dijo la semana pasada, en una comparecencia en el Senado español, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. Fuentes de La Moncloa aseguran que Sánchez reclamará a Macron que se respete el espacio Schengen y se reabran todos los pasos cerrados.

El momento fuerte de la jornada será el desplazamiento y la foto de Macron y Sánchez ante la tumba de Azaña, que llegó a Montauban en el verano de 1940 después de un periplo por Francia, que acababa de ser derrotada por la Alemania nazi. La elección de Montauban para la cumbre representa “una manera de conmemorar […] una memoria común, la de los muy numerosos republicanos españoles que se refugiaron en Francia al final de la Guerra Civil y que, en muchos casos, se unieron a la resistencia francesa y contribuyeron a la liberación de Francia”, dijo la citada fuente de la presidencia de la República francesa. En La Moncloa destacan especialmente que Francia haya aceptado hacer la cumbre en un lugar tan simbólico para España y señalan que el exilio español en Francia sigue vivo 80 años después porque hay personajes muy importantes del país vecino que son hijos o nietos de exiliados, sin ir más lejos la alcaldesa de París, la socialista Anne Hidalgo. La propia celebración de la cumbre en plena tercera ola en Francia es un gesto político relevante que demuestra la especial relación entre los dos países y los dos presidentes, señalan en el Gobierno español.


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