La UEFA ha sancionado al Fenerbahçe turco con una multa de 50.000 euros y el cierre parcial de su estadio en su próximo partido europeo debido al lanzamiento de objetos y cánticos que su afición dedicó a favor del presidente ruso Vladimir Putin ante el Dinamo de Kiev.
Los hechos tuvieron lugar el 27 de julio en el estadio Şükrü Saracoğlu de Estambul durante el encuentro de vuelta de la segunda ronda previa de la Champions League que el Fenerbahçe disputó ante el Dinamo Kiev, que ganó 1-2 en la prórroga y se clasificó.
El cierre parcial del estadio del Fenerbahce está condicionado durante un periodo de dos años, según confirmó la UEFA, que investigó los hechos de acuerdo al artículo 31 (4) de su Reglamento Disciplinario.
Los gritos del nombre del líder ruso, Vladímir Putin, por parte de la hinchada turca durante el partido provocaron protestas de la embajada ucraniana en Ankara.
Los hechos ocurrieron después de que en el minuto 53 el árbitro expulsara por doble amarilla al centrocampista turco Ismail Yüksek y de que cuatro minutos después el jugador del Dinamo Vitaliy Buyalskiy marcara el primer gol del partido y lo celebrara de forma “exagerada”, según la prensa turca, lo que le acarreó también una tarjeta amarilla.
Parte de la hinchada turca empezó a cantar el nombre de Putin, que invadió Ucrania en febrero pasado y mantiene ocupada una importante parte del país.
Lucescu no compareció en rueda de prensa
Aparentemente en reacción a estos cánticos, el entrenador del Dinamo, el rumano Mircea Lucescu, se negó a participar en la rueda de prensa posterior al partido, en el que el Fenerbahçe recibió un total de seis tarjetas amarillas y el Dinamo, siete.
“Os pregunto si habéis contado cuántas faltas han cometido contra nosotros. Todo estaba en nuestro plan, y ganamos. Pero no contamos con la hinchada; no me esperaba estos gritos; una vergüenza”, dijo Lucescu a la prensa, según informa el diario Habertürk.
El Ferencvaros, también sancionado
La UEFA también confirmó este viernes las sanciones impuestas al Ferencvaros húngaro por incidentes racistas en los dos encuentros de su eliminatoria de Champions League frente al Slovan Bratislava, jugados el 20 y el 27 de julio.
El club húngaro tendrá que pagar una multa de 15.000 euros; jugar con una parte de su estadio cerrada parcialmente, que ocupe mil sitios al menos, el próximo partido que dispute como local en competición de la UEFA y desplegar una pancarta con el lema “No al Racismo” y el logo de la UEFA.
La sanción también impedirá al club, de forma condicionada durante dos años, vender entradas a sus aficionados a domicilio en su siguiente encuentro y conlleva otra multa de 50.000 euros por encendido de bengalas, lanzamiento de objetos y mensajes ofensivos y una mas de 14.000€ por bloqueo de accesos de público.
Asimismo tendrá que asumir los costes de los daños causados por sus seguidores en el campo del Slovan Bratislava.