El Senador Bernie Sanders regresó este sábado a su natal Brooklyn, Nueva York, para el primer evento de su segunda campaña presidencial y con miras a reforzar las ofertas de corte social hacia la clase trabajadora que le han caracterizado.
Sanders dijo que predice que ganará la nominación en medio de un mar de contendores demócratas que no llegan a dos dígitos de intención de voto y que luego derrotará a Donald Trump, a quien calificó como el presidente más peligroso de la historia moderna de Estados Unidos.
Tras quedarse corto en la carrera contra Hillary Clinton en el 2016, el senador independiente de Vermont dijo a los asistentes al Brooklyn College que su campaña pregona que los principios del gobierno no deben ser “la avaricia, el odio y las mentiras”.
Además llamó a comprometerse en la lucha por la justicia económica, la justicia racial y la justicia ambiental.
A diferencia del 2016 cuando comenzó la campaña en Vermont, donde ha sido senador por casi dos décadas, esta vez Sanders prefirió volver a su viejo vecindario y así darle más relevancia a su historia personal. Sanders es hijo de inmigrantes judíos y creció en viviendas de renta controlada.
Entre las prioridades de su campaña se incluye el plan de “Medicare para todos”, un sueldo mínimo por hora de $15 y planes para enfrentar el cambio climático. El discurso de Sanders se enfoca prioritariamente en sus raíces como miembro de una familia de clase trabajadora y las luchas de la economía doméstica que modelaron sus posiciones.
Después de Brooklyn Sanders viajará a Selma, Alabama, donde participará en la conmemoración del llamado “domingo sangriento” cuando se recuerda la brutal represión que sufrieron activistas afroamericanos por los derechos civiles cuando intentaron cruzar el puente Edmund Pettus en 1965. Después irá a Chicago.