Era el fichaje soñado del verano de la Unión Deportiva y las esperanzas para subir el nivel en la delantera pasaban por sus botas. Por un lado estaba el Huesca -propietario de sus derechos- que no cedía para dejarlo marchar y, en el otro, el sueño de un niño que dejó Gran Canaria siendo cadete y quería regresar al primer equipo para cumplir el sueño de toda una isla.
Dicen que los comienzos nunca son sencillos y para Sandro no iba a ser menos. Sin pretemporada con el equipo aragonés, quiso apurar al máximo para debutar con la elástica amarilla cuanto antes. Las prisas tampoco son buenas y para el grancanario no fue una excepción. El ansia de querer devolver en el terreno de juego el cariño recibido por parte de la afición y, sobre todo, de Miguel Ángel Ramírez y Luis Helguera en los despachos, hizo que aparecieran las lesiones.
El 26 de septiembre fue su puesta de largo, desde el banquillo, pero con victoria ante un Granada que era y es candidato a todo. 394 minutos hasta la jornada 15 era su bagaje, pero todo se torció en la Copa del Rey un 13 de noviembre. Una microrrotura fibrilar en el isquiotibial de su pierna izquierda fue la culpable de perderse, entre otros, el derbi ante el CD Tenerife, sin embargo en su cabeza solo estaba regresar para ser un fijo en los planes de García Pimienta.
Trabajo sin descanso para llegar hasta Ibiza
El gol ante el Ibiza de Sandro solo fue la punta del iceberg. El delantero ha estado, antes de su regreso ante el Racing de Santander, trabajando mañana y tarde para estar al máximo y poder ayudar cuanto antes a Las Palmas a conseguir el objetivo del ascenso a Primera División. No solo en Barranco Seco, también con sesiones en su propia casa e incluso aumentando las terapias de prevención y fisioterapia.
A todo ello, le acompañó el entrenamiento invisible. Las sesiones con el coach amarillo, Richi, eran una constante con el fin de despejar su cabeza de todo pensamiento negativo, al igual que la alimentación. Sandro decidió darle un plus a las comidas para elevar su ritmo competitivo.
Ahora, con las lesiones y los malos momentos olvidados, al exjugador del FC Barcelona solo le ronda una cosa por la cabeza: ascender con el equipo de su vida. Su segundo tanto en su cuenta particular, es solo eso, el segundo de muchos que espera celebrar esta campaña.