El fútbol, como la vida, da muchas vueltas. Y hace seis años, se tomó una fotografía que ahora se ha hecho viral. Nos referimos a la presentación de Santos Borré y Diogo Jota como jugadores del Atlético de Madrid. Dos futbolistas que ahora están de moda. El primero ha sido el gran protagonista de la victoria del Eintracht de Frankfurt en la Europa League y el segundo disputará la próxima semana la final de la Champions League.
Corría el mes de julio de 2016 cuando el club rojiblanco presentó, en el Vicente Calderón y de forma conjunta, a dos jóvenes talentos que despuntaban en sus países. Uno en Colombia. El otro, en Portugal.
Santos Borré tenía 20 años y jugaba en el Deportivo Cali cuando el Atlético cerró su fichaje. Diogo Jota, de 19, militaba en el Paços Ferreira. Dos apuestas de futuro de la entidad colchonera que llegaron con toda la ilusión del mundo para hacer la pretemporada a las órdenes de Diego Simeone. Ninguno de los dos se quedó en el primer equipo. Pero es que tras varias cesiones, dejaron definitivamente el Atlético de Madrid sin jugar un solo minuto oficial con el conjunto colchonero.
Presentación de Rafael Santos Borré y Diogo Jota como nuevos futbolistas del Atlético de Madrid para la temporada 2016-17.
Por Santos Borré pagaron cinco millones de euros. Fue cedido al Villarreal y después, traspasado a River Plate. Lo hizo bien en Buenos Aires, pero acabó contrato y de ahí se marchó al Eintracht, donde ha triunfado hasta el punto de hoy acaparar todas las portadas tras la conquista de la Europa League de los alemanes.
Por su parte, Diogo Jota costó siete millones. Fue cedido al Porto y después al Wolverhampton inglés, que acabó pagando 14 millones para quedarse con él. Dos años más tarde, en 2020, el Liverpool acabaría pagando casi 45 ‘kilos’ por el luso.
Nada hacía presagiar esa soleada y calurosa mañana de julio en el Vicente Calderón que seis años más tarde, Borré y Jota iban a ser estrellas y que iban a pasar sin pena ni gloria por el Atlético sin haber tenido una sola oportunidad. La enorme competencia que había en el equipo colchonero en la parcela ofensiva, la falta de confianza, el nivel que tenían entonces y la necesidad de hacer caja hicieron su paso por el Calderón fuera testimonial, convirtiéndose años después en una de esas historias curiosas que deja el fútbol.