Pasión, intensidad, energía, adrenalina… La personalidad de Sarunas
Jasikevicius es sobradamente conocida en el mundo del baloncesto y su llegada al Barça va a suponer con total seguridad una revitalización de los biorritmos del equipo y una inyección muy potente de ilusión en los aficionados azulgrana, que mayoritariamente ven con muy buenos ojos su vuelta al Palau. En ese sentido, Saras sabe perfectamente que aterriza en un momento perfecto, con una plantilla que tiene mimbres para marcar época en el basket europeo, con una súper estrella como Nikola Mirotic al frente, y con unos seguidores que están convencidos del proyecto. En ese sentido, mucho crédito a su disposición.
Las posibles dudas que podría haber respecto a su inexperiencia en los banquillos quizá siguen ahí en cierta medida, pero se han ido disipando poco a poco con el paso de sus años en el Zalgiris como máximo responsable. Saras es ahora visto como un técnico que está ya capacitado para dar ese último paso de coronar a un grande, como un ‘coach’ que ha ido madurando y acumulando vivencias y que ha refinado su propuesta como técnico hasta el punto de que sus Zalgiris de los últimos han sido equipos bastante reconocibles con una propuesta de altísima intensidad y sacrificio en defensa y de una enorme capacidad para compartir con criterio el balón en ataque. Lógicamente, no es lo mismo dirigir al Zalgiris y a sus jugadores que hacerlo en el Barça y ahí hay un proceso de acoplamiento y adaptación que se tendrá que cuidar.
Se puede decir que Saras ya era como un entrenador en su época como jugador. Le gustaba mandar, corregir y posicionar a todo el mundo, a veces de una manera excesivamente pasional quizás. Aunque a él le gusta decir que ha aprendido de todos sus entrenadores, “incluso de los malos”, lo cierto es que haber pasado por las manos de técnicos como Zeljko Obradovic, Aíto García Reneses o Xavi Pascual no es algo que pueda decir cualquiera. Jaskevicius nunca ha ocultado su admiración por todos ellos. De Pascual, por ejemplo, ha ‘heredado’ su capacidad para preparar los partidos y la atención a los detalles tácticos hasta el punto de que un jugador del Zalgiris como Lukas Lekavicius apunto que se parecían bastante. Y sobre Obradovic, el propio Saras siempre ha considerado que es “el mejor” por su capacidad para ganar con todo tipo de plantillas y para mantenerse fiel a sus ideas, elogios que Zeljko le ha devuelto en ocasiones.
En el Barça se va a encontrar un equipo absolutamente top en el panorama europeo, con jugadores de altísimo nivel, con Nikola
Mirotic al frente, pero que aún no han ganado grandes títulos, lo cual hace que sus ansias de triunfar sean enormes. De hecho, es la misma situación en la que se encuentra Jasikevicius a estas alturas de su carrera. En definitiva, todo apunta a una combinación claramente ganadora.
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