Saturación hospitalaria debe ser principal indicador para que CDMX vuelva a semáforo rojo de Covid-19: Ponce de León

No se trata del riesgo personal del presidente, sino de disminuir el riesgo de la población con el uso del cubrebocas, aseguró el doctor Samuel Ponce de León, coordinador del Comité de Atención a Covid-19 de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

El regreso al semáforo rojo de Covid-19 en la Ciudad de México es posible, en virtud de la saturación hospitalaria. Así lo aseguró el doctor Samuel Ponce de León, coordinador del Programa Universitario de Investigación en Salud y del Comité de Atención a Covid-19 de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Durante una entrevista con Aristegui en Vivo, dijo que la saturación hospitalaria debe ser el principal termómetro para restringir la movilidad en la capital: “Si están llenas las áreas de cuidado intensivo con apoyo ventilatorio, el riesgo de que no haya más cupo y tengamos problemas para asistir a los enfermos es muy alto, es lo que no deseamos. Queremos gestionar la epidemia pudiendo ofrecer servicios médicos de acuerdo cómo se van requiriendo y para eso se necesita disminuir la movilidad social y si llegamos al punto de saturación hospitalaria necesitamos disminuir esa movilidad”.

Considera que la situación es sumamente complicada y se puede complicar más en virtud de la movilidad social, del frío ambiental que favorece la presencia de partículas en el aire y, por lo tanto, el alza en la transmisión de coronavirus que ha registrado la Ciudad de México. Lo anterior, sumado a una “ciertamente limitada capacidad de atención hospitalaria”, complica el panorama.

El investigador advierte que conviene “no echar andar las campanas al vuelo antes de tiempo” en relación con la vacunación, ya que su efecto llevará muchos meses, e incluso, más allá del 2021, para que se puedan reiniciar actividades con un cierto control de la epidemia. “Para eso tenemos que tener una tasa muy alta de inmunización a nivel global, estamos hablando de más del 60 %, son muchos millones de dosis de vacunas aplicadas”, precisó.

La vacunación se desarrollará durante 2021 y 2022, ya que es una labor de “muy alta complejidad”, tanto por las características de algunas de las vacunas, como por la posibilidad de tratar de llegar a porcentajes tan altos de la población. “Si el objetivo es vacunar a 80 millones de personas en nuestro país, no sé exactamente cómo se va a establecer la meta”, dijo, ya que se requiere de un gran despliegue de capacidades y organización que pondrá a prueba el sistema de manera muy intensa.

En cuanto a recurrir al Ejército para la aplicación y distribución de vacunas, Ponce de León considera que ésta es una “excelente opción”, tanto para su transporte como para el establecimiento de áreas de atención. No obstante, también se requiere que la población se organice adecuadamente para atender al llamado.

“Uno de los retos que se pueden encontrar de inmediato, además de toda esta dificultad de organización, es que son dos dosis las que se requieren. Lo que sabemos prácticamente de todos los programas de vacunación en el mundo es que la respuesta a la segunda dosis puede caer desde el 100% y esto es algo importante que tendría que considerarse en la comunicación desde un principio. Si se pone una sola dosis ciertamente no tendría las expectativas que estamos esperando”, comentó.

En promedio son 28 días de espacio entre ambas dosis, si bien la vacuna de Pfizer requiere tres semanas y la de Moderna requiere cuatro.  Si se aplica solo una dosis la eficacia cae y la respuesta es muy baja, “no tiene prácticamente ninguna utilidad”, ya que es con la segunda dosis con la que se estimula una amplia respuesta en anticuerpos.  Precisó que, si bien en los ensayos se habla de una eficacia superior al 90%, en la vida real la respuesta será de un 80% aproximadamente.

“Tenemos que hacer un grandísimo esfuerzo entre todos. Este es un momento donde tenemos que tener perfectamente claro el tratar de hacer a un lado todas las diferencias ideológicas que han venido contaminando la discusión sobre el manejo de la pandemia, para tener una sola voz diciendo que es importante la vacunación y que es importante atender también el momento epidemiológico este invierno para hacer llamados a la población para evitar la transmisión”, aseveró.

Manifestó que la afirmación del presidente Andrés Manuel López Obrador, en el sentido de que no es imprescindible el uso del cubrebocas, es cierta en sentido amplio, aunque se equivoca porque la pregunta es si hay posibilidades de que sirva: “Desde luego hay una amplia demostración de que el cubrebocas sirve. Entiendo que la responsabilidad de las autoridades es demostrar las mejores medidas para la población, entonces el punto no es el riesgo personal del presidente, sino el riesgo de la población que puede disminuirse, como se demuestra en prácticamente todos los ensayos que se han hecho en el mundo”.

Ve la entrevista completa:






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