Alfred Schreuder (49 años) estuvo 15 meses en un FC Barcelona convulso sin hacer ruido, discreto y metódico, a la sombra de un Ronald Koeman que se llevó los elogios, pocos, y los golpes, muchos, hasta que el cuerpo técnico que completaba Henrik Larsson fue destituido el 27 de octubre de 2021 después de una derrota en Vallecas ante el Rayo (1-0). La Copa del Rey conquistada en la temporada 2020-21 ante el Athletic fue su única alegría en el club azulgrana. Pese a que se había ganado un respeto como segundo de Ten Hag en el Ajax y de Nagelsmann en el Hoffenheim, en el Barça pasó desapercibido a nivel mediático, aunque en el vestuario sí fue apreciada su labor.
Schreuder aceptó en enero una oferta del Club Brujas que le permitió reconciliarse con el fútbol. Ya había sido primer técnico en el Twente (Eredivisie 2014-15) y en el Hoffenheim (Bundesliga 2019-20) y tenía ganas de volver a mandar. Cogió al equipo a 7 puntos del líder de la Jupiler Pro League, el Royale Union Saint-Gilloise, y llegó a estar a 12 en el primer mes, lo que tardó en implantar su idea. Acabó la liga regular a 5 puntos y en el ‘playoff’ por el título remontó ganando los dos pulsos directos a su rival hasta conquistar el domingo el título ganando 1-3 al Amberes. Se va por la puerta grande al Ajax hasta 2024, con una opción para una tercera temporada, supliendo a Ten Hag, que dirigirá al Manchester United. El club holandés inclusó pagó una cantidad al Ajax.
El técnico explicó el proceso hacia el éxito: “Trato de mantener la calma, pero por dentro estoy súper feliz de lo que logramos entre todos. Hablo de nosotros, porque lo hacemos todos juntos: los jugadores, el cuerpo médico, técnicos y fisios, toda la gente que nos rodea. Estoy orgulloso de ser parte de esto. Cuando empecé aquí estábamos muchos puntos por detrás: ocho puntos y luego doce, pero es genial que puedas terminar esto bien. Como entrenador sientes cierto estrés, pero hay cosas en la vida que son mucho más difíciles que el fútbol (a los 36 años perdió a su hija Anouk, de seis años, por un tumor cerebral). En algún momento, a veces tuve que tomar decisiones difíciles. Como formador eres un profesional pero también una persona. Por lo tanto, es molesto sacar a alguien del equipo, incluso si esa elección es de interés para el club. Pero por otro lado, se trata de compromiso mutuo”.
Se va con un trofeo: “Por supuesto que estás feliz y orgulloso, pero no tengo que probarme a mí mismo personalmente. Sobre todo, quiero trabajar juntos y tener éxito. Soy un conector y trato de ayudar al equipo en lo que puedo”.