Andre Schürrle (Ludwigshafen, 6/11/90) ganó la Copa del Mundo, la Premier League y la DFB-Pokal durante su carrera como jugador pero su retiro prematuro del fútbol sirve como un recordatorio de que la felicidad de un individuo es lo más importante.
Schürrle jugó un papel importante en la victoria de Alemania en la Copa del Mundo en 2014: el entonces extremo del Chelsea fue el hombre que brindó la asistencia para el gol de la victoria de Mario Götze en la final. Pero seis años después, en julio de 2020, se retiraba del fútbol profesional con solo 29 años.
Al explicar su decisión en una entrevista con Der Spiegel, la ex estrella dijo que, a pesar de todo el dinero que había ganado en el fútbol, a menudo se sentía solo, especialmente cuando “las profundidades se hacían más y más profundas, y los momentos de alegría eran cada vez más escasos”.
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¿Una excentricidad?
Lo que para algunos podría parecer una locura contra natura o pura excentricidad, para otros se está convirtiendo en un desafío más que añadir en pos al autocontrol de que su cuerpo es capaz de tolerar temperaturas extremas. Y como aquel que hace buenos propósitos al iniciar el año, Schürrle empezó el año abrazando el Método Wim Hof.
A finales de diciembre ya se sumergió en una bañera exterior llena de hielo y hace quince días ascendió, junto a varios compañeros, a la cumbre Sniezka, la montaña más alta de la República Checa en el borde con Polonia de 1.603 metros ataviado solamente con unos pantalones cortos, unos guantes y un gorro. A -19 grados y con rachas de viento de 100 km/h con nieve y lluvia, Schürrle y sus amigos disfrutaron de un día fuera. Reconoce que “ Es la cosa mental y física más difícil que he hecho. Tuve que buscar muy dentro de mi para aguantar hasta el final ya que no podía sentir nada. ¡Fue una experiencia que nunca olvidaré!”.
El método de ‘Iceman’
Schürrle sigue los postulados de Wim ‘Iceman’ Hof, orador motivacional y atleta de deportes extremos que lleva difundiendo los beneficios del agua helada y la exposición a temperaturas bajo cero desde 2007 en el cuerpo humano para reducir síntomas de varias enfermedades como la artritis reumatoide o el Parkinson aunque numerosos estudios de investigadores de los Países Bajos y científicos de universidades no han podido demostrar resultados positivos. Hof pregona la combinación de fuerza de voluntad, técnicas de respiración y meditación (posición de flor de loto) para que el cuerpo tolere las temperaturas extremas.
La respiración consciente consiste en inspirar hasta tomar más oxígeno del necesario y espirar sin llegar a liberarlo del todo. Este ejercicio se realiza cinco veces hasta que se percibe una ‘gran sensación de calor corporal’. La posición de flor de loto consigue interrumpir la actividad mental e inducir al metabolismo a crear calor. Aunque Hof intenta darle un sentido científico y medicinal, el objetivo es poder lidiar con los elementos externos más duros para vivir plenamente y superar los obstáculos mentales.
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Varios récords
Wim Hof (Sittard, 20/4/1959) ostentaba el récord Guinness de nadar bajo el hielo en el año 2000 en una distancia de 57,5 metros (actualmente es de 81m.) en un segundo intento ya que el primero nadó sin gafas y se le congelaron las córneas y un buzo tuvo que rescatarle inconsciente. También tuvo el récord de mayor tiempo de contacto con hielo (1h. y 44 minutos – actualmente es de 3 h. y 28 segundos). En 2007 realizó la media maratón más rápida de correr descalzo sobre hielo y nieve con un tiempo de 2h y 16 minutos. También ese año escaló hasta los 7.400 m. en el Everest vistiendo solo unos pantalones cortos y botas y se vanagloria de haber hecho una maratón por el desierto sin haber probado ni una gota de agua.
Desgracia personal
Hof sintió la necesidad de lanzarse al agua helada del canal Beatrixpark a los 17 años. Padre de cuatro hijos, en 1995 le azotó la desgracia al conocer la muerte de su esposa, la vasca Olaya Rosino Fernández, que se suicidó al saltar de un edificio. Le habían diagnosticado esquizofrenia. Devastado por haber perdido el amor de su vida, decidió dedicar el resto de su existencia a demostrar el poder de la voluntad humana poniendo a prueba su cuerpo. Cuando no está viajando por el mundo realizando sus retos, recibe a todo aquel que busque poner su cuerpo al límite en su barcaza aparcada en un muelle de los canales de Ámsterdam.
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