El que le enfrenta al Sheriff de Tiraspol en Chisinau es el segundo partido de la serie de 13 que tiene la Real hasta el 13 de noviembre. Enclavado entre los encuentros de Liga ante el Girona y el Villarreal del próximo domingo en Anoeta, Imanol está obligado a comenzar a dosificar los esfuerzos de sus jugadores 72 horas antes del duelo ante el cuadro de Emery, con un largo viaje en medio. En Girona ya alineó a su ‘once gala’ actual, considerando los no disponibles, y se prevé que contra los moldavos las rotaciones serán numerosas y podrían afectar a más de medio equipo.
El primero de los cambios es forzoso porque Imanol no cuenta con Gorosabel para el choque del jueves, el tercero de la fase de grupos de la Europa League. El lateral sufrió una lesión en el tobillo derecho, que acabó muy inflamado en la jugada que acabó en el 3-2 del Girona. A la espera del resultado de la resonancia que le HAN practicado, del diagnóstico definitivo y la evolución, está casi descartado, a no ser de que “mejore una barbaridad”, según indican fuentes del club.
Así las cosas, Gorosabel pasa a ser el séptimo lesionado de la plantilla. La posibilidad de recuperar a alguno de los otros seis tampoco se antoja sencilla por cuanto ninguno de ellos se ejercitó ayer, ni siquiera Cho o Le Normand, que pueden ser los siguientes en reaparecer. Barrenetxea, Zubeldia, Oyarzabal y Sadiq están descartados.
Queda por saber cuál será la dimensión de la ‘revolución’ de Imanol en Chisinau. Se esperan cambios en la medular –Guevara, Illarra o Turrientes pueden tener su opción-, ya que en la zaga apenas hay alternativas -Sola, Aritz, Pacheco y Rico, si no echa mano del filial-, y tampoco en la delantera. Todo apunta, no obstante, a una nueva oportunidad para Jon Karrikaburu.