Este lunes 15 de junio se cumplió una década de la última liga ACB lograda por el Baskonia que derrotó contra pronóstico al Barcelona con un aplastante 0-3 en el resultado global de la final que coronó a los vitorianos en el Buesa Arena, tras una acción casi imposible de Fernando San Emeterio. Esta fecha ha sido muy señalada entre los seguidores azulgranas puesto que fue la última ocasión que los vitorianos levantaron un título, hasta la fecha.
En estos diez años de sequía, el Baskonia ha estado cerca de llevar más trofeos a sus vitrinas e incluso alcanzó una Final Four de la Euroliga en 2016 (Berlín), que se puede equiparar a lograr un título, teniendo en cuenta el nivel presupuestario del club vasco.
Aquel 15 de junio de 2010, la final de la liga ACB se trasladaba a Vitoria para celebrar la tercera entrega de una serie que estaba de cara para los alaveses, pues habían vencido al todopoderoso Barça en los dos duelos previos disputados en el Palau Blaugrana.
Los de Xavi Pascual no estaban acostumbrados a jugar en estas condiciones y con una situación tan en contra, pues venían de levantar el título de la Euroliga y el de la Copa del Rey con autoridad.
Pero Juan Carlos Navarro, Ricky Rubio, Gianluca Basile, Erazem Lorbek o Pete Mickeal, entre otros, no pudieron con la energía y el talento de Tiago Splitter, Marcelinho Huertas, Fernando San Emeterio o Mirza Teletovic. La plantilla la completaban Milt Palacio, Pau Ribas, Lior Eliyahu, Walter Herrmann, Carl English, Brad Oleson, Stanko Barac, Vladimir Golubovic, Jon Uriarte y Martín Buesa.
Pero el nombre propio fue el de Fernando San Emeterio, que decidió la liga a favor de su equipo después de recorrerse la pista, deshacerse del italiano Gianluca Basile y anotar ante Terence Morris, que además le hizo falta.
El cántabro igualó el choque a 78 a cinco décimas del final y con un tiro libre más colocó el 79-78 definitivo que hizo que estallara un Fernando Buesa Arena repleto, que fue testigo de un triunfo épico ante una de las mejores plantillas de Europa, la culé, que no había perdido ningún partido en los “playoffs” y que sólo había hincado la rodilla en cinco ocasiones hasta ese momento.
Será recordada por ser la liga de San Emeterio por aquella acción, pero a nivel estadístico, fue el año del brasileño y canterano del Baskonia Tiago Splitter. El interior azulgrana jugó su último partido con la camiseta baskonista y fue totalmente determinante al firmar 36 puntos de valoración en el partido definitivo.
Esto le sirvió para ser elegido como mejor jugador de aquella final, después de haber sido galardonado con el título de mejor jugador de la temporada, justo antes de hacer las maletas y enrolarse en la plantilla de San Antonio Spurs, con los que alcanzó el anillo de la NBA.
Sin lugar a dudas, fue una de las mayores hazañas que se recuerdan en el baloncesto nacional por la superioridad que había demostrado el Barcelona durante toda la temporada y por la acción inverosímil de Fernando San Emeterio, que dejó en la retina de la afición baskonista, y del baloncesto en general, una canasta difícil de olvidar.
Source link