Alfonso Díaz, director de Negocios del Mallorca, afirmó que el club se quejó a LaLiga por jugar tres partidos seguidos (Girona, Real Madrid y Almería) a las 14 horas, aunque matizó que la visita del próximo domingo al estadio Santiago Bernabeú en ese mismo horario “ha venido de rebote por un ajuste de ‘Champions’”.
El Real Madrid-Mallorca estaba previsto inicialmente para el sábado 10 de septiembre a las 21.00 horas, pero LaLiga lo trasladó al día siguiente a las 14.00, después de que la UEFA anunciara el calendario de la fase de grupos de la Liga de Campeones, para dar más descanso al equipo de Carlo Ancelotti.
El gran perjudicado ha sido el Mallorca, según admitió Díaz en una rueda de prensa que ofreció acompañado del director de Fútbol del club, Pablo Ortells.
“Semanas atrás advertimos en varias ocasiones a LaLiga que jugar contra el Girona a las dos de la tarde a principios de septiembre con las altas temperaturas que se preveían era perjudicial para todos, afición, clubes y jugadores. No se nos hizo caso y fueron inflexibles. Ante el Almería quedan días todavía y no sabemos cuáles serán las previsiones climatológicas, pero si son como las del pasado domingo, pediremos el cambio de horario, sin ninguna duda”, explicó Díaz.
El fuerte calor y la elevada humedad durante los noventa minutos del Mallorca-Girona del pasado sábado afectaron a muchos aficionados y algunos expresaron sus quejas en las redes sociales.
A esa cuestión se unió la falta de bares. Sólo dos atendieron las necesidades de casi 14.000 personas en el estadio, lo que provocó largas colas. “He hablado con los presidentes de las peñas para darles las explicaciones pertinentes”, dijo el director de Negocios.
“El club trabaja para que la salud y bienestar de todos los que están en el campo estén aseguradas. Desgraciadamente, el sábado esas circunstancias no se produjeron. Hubo un fallo en el servicio de comidas y bebidas debido a que contratamos un operador internacional para que lleve todo eso, pero tuvieron 40 bajas en el personal de restauración. Se han tomado medidas para que esto no vuelva a ocurrir, porque sin afición no hay fútbol”, precisó.
Según Díaz, el club pidió que hubiera ambulancias, agua suficiente, “pero el partido se tenía que jugar, desgraciadamente, bajo esas circunstancias. En todo caso el club defiende a toda la gente que forma parte de este evento, porque esta situación no es buena para el espectáculo”.
Preguntado por la relación que el Mallorca mantiene con el organismo que preside Javier Tebas, Díaz respondió que son “muy buenas”. “Siempre ha sido así. Cuando hay cosas que no nos gustan las decimos. Hay situaciones (los tres partidos a las dos de la tarde) en las que nuestras peticiones no se han dado, aunque lo hemos intentado, y ya hemos trasladado nuestras quejas. Los clubes somos soberanos, pero hay unas normas que hay que cumplir. La potestad de poner los horarios es de LaLiga”, zanjó.
Con respecto al acuerdo alcanzado con el Consell de Mallorca para que otorgue una subvención de 1,8 millones de euros al club, que generó una batalla política entre defensores y detractores de esa ayuda económica a una entidad deportiva privada, Díaz recalcó que estaban “en medio de una situación política que no tiene que ver” con el club.
“En ese tema, como en otros, hemos trabajado desde hace meses sin hacer mucho ruido. Se ha mantenido el acuerdo pactado con el Real Club Deportivo Mallorca. No sabemos cómo terminará todo, pero seguro que se podrá hacer para que ese compromiso se mantenga”, destacó.
Pablo Ortells, por su parte, respondió a una pregunta sobre el balance que hace sobre el recién finalizado mercado de fichajes.
Dijo que los dos últimos refuerzos, el serbio Matija Nastasic y el zimbabuense Tino Kadewere, estarán a disposición del entrenador (Javier Aguirre) para el partido ante el Real Madrid, una vez resueltos los problemas burocráticos que impidieron que ambos debutarán la pasada jornada ante el Girona.
También se refirió al goleador kosovar Vedat Muriqi: “Todo el mundo quedó encantado cuando vino el pasado mercado de invierno. Queríamos que siguiera y lo intentamos desde el primer momento, aunque el club al que pertenecía (Lazio) tenía unas expectativas (económicas) a las que nosotros no podíamos llegar. Parecía que iba a fichar el otro club y al final no ficha. En ese proceso cambia las expectativas y ahora lo tenemos aquí. Solo resta disfrutarlo”.