Después de 35 años, la policía francesa ha logrado esclarecer una serie de crímenes sin resolver que datan de los años 90. Casi sin querer, la gendarmería francesa ha logrado esta semana desenmascarar al asesino en serie que se escondía tras estos crímenes, todo gracias al ADN y a la propia confesión del delincuente antes de morir.
François Vérove era un antiguo gendarme de la policía que, según la investigación, es responsable de, al menos, cuatro asesinatos y seis violaciones entre los años 1986 y 1994 en la región de París. Al menos es lo que declara uno de los abogados de las familias de tres de la víctimas, Didier Seban, que no salía de su asombro cuando conoció la confesión de Vérove: «Parece increíble».
Asesino en serie suelto
El presunto asesino en serie se suicidó hace unos días dejando una nota dedicada a sus dos hijos, su esposa y confesando lo que había realizado en el pasado.
Vérove vivía actualmente junto a su mujer y sus hijos en el sur de Francia, tenía 59 años, y el pasado 24 de septiembre recibió una citación para presentarse a declarar como sospechoso después de un cribado entre 750 sospechosos de estos crímenes.
Según la investigación, la policía tenía certezas de que el autor de los crímenes y las violaciones tenía que ser un gendarme de la época y, a través de pruebas de ADN, parece que ya le habían puesto cara: la de Vérove.
Cuando el miércoles pasado el sospechoso no se presentó a la cita, los agentes llamaron a su hogar donde la mujer les confesó que llevaba días sin saber nada de su esposo.
El pasado lunes, François Vérove fue encontrado muerto en la localidad Grau-du-Roi, cercana a Montpellier. El hombre se había suicidado y había dejado una nota a su lado.
Aunque la policía francesa cree la versión de la carta de suicidio, el abogado de las víctimas ha pedido que se siga investigando ya que «las familias quieren y deben tener respuestas».
Su retrato robot era ya un clásico de las comisarías de París, donde se mostraba a un joven con acné con pelo corto y al que los investigadores conocían como ‘le grelé’.
Antiguo gendarme
Según las notas que han trascendido a través de la prensa gala, el asesino en serie François Vérove había sido gendarme motorizado de la Guradia de la República entre 1983 y 1988, para después convertirse en policía. Llevaba ya varios años jubilado y había pertenecido a sindicatos de policías en Marsella y Montpellier.
Según su nota de suicidio dejó de matar en 1997, gracias a que conoció a su esposa, a la que dirige su carta. Este dato todavía siembra dudas entre los agentes encargados del caso ya que el último crimen que le atribuyen data de 1994.
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