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Sebastián Yatra, Tangana o Bertín: así se pelea la canción de este verano (y de todos los demás)

El tema fue compuesto en el mar, a bordo de un barco, en la costa de Miami; es su única connotación vacacional. Sin embargo, Pareja del año, de Sebastián Yatra y Myke Towers, se postula, según locutores de radio y profesionales de la industria musical, como candidata a canción del verano este 2021. Atípico aspirante: su letra melancólica, sus arreglos de violines sintetizados (con base de reguetón, eso sí) y su oscuro vídeo, rodado en el interior de un teatro, contrastan con el luminoso desenfado que se presupone a toda pieza destinada a armar jarana en julio y agosto.

Solo unas pocas de las cientos de canciones publicadas en España cada semana destacan del resto y juegan a ser candidatas a banda sonora del verano. En muchos casos (sobre todo en el ámbito de la música urbana latina), no hay realmente grandes diferencias entre ellas. Los antecedentes revelan varios elementos que facilitan el despunte veraniego: una letra sencilla y fácil de recordar, un ritmo animado, tal vez un bailecito que hasta los niños puedan ejecutar. Pero hay otro factor tanto o más importante: el momento.

Ni antes de enero, ni después de abril

Curiosamente, Yatra publicó antes otro sencillo mucho más veraniego, titulado Chica ideal, a dúo con Guanyaa. Su vídeo irradiaba sol y alegría: había fiesta, piscina, gente guapa en traje de baño. Pero vio la luz en octubre del año pasado. Pareja del año, en cambio, se lanzó a primeros de abril. “Si quieres hacer un éxito de verano, no esperes a la última semana de junio”, señala la ejecutiva discográfica Marta Vall. “Primero hay que crear el éxito y luego mantenerlo, lo cual lleva un tiempo. Hace años, comenzábamos a repartir singles dos o tres meses antes del verano entre los DJ de discotecas, para que empezaran a pincharlo”.

Toni Sánchez, director de LOS40, juzga clave el momento en que se publica la canción. “De eso depende gran parte del éxito”, señala. “Es algo que se mide muy bien. Cuando llega el verano, tiene que ser un éxito hecho. Es como la carne: debe estar en el punto adecuado; si esperas un poco más igual se te quema y ya es otra cosa. En este caso, es que ya no hay tiempo para que salga otra. Llegaría tarde”.

Despacito, canción del verano de 2017, se lanzó en enero de ese año; en 2019, el tema estrella de las vacaciones, Contando lunares, de los raperos canarios Don Patricio y Cruz Cafuné, se estrenó también en enero. Narraba la embobada reacción de un grupo de chavales ante una bañista “preciosa y quedona”, que “se tiró de piloto adrede” al agua para salpicarlos. “Al no tener competencia en invierno, era la única divertida, vacilona. A la gente le apetecía contagiarse del ambiente de playa. También hacían gracia las expresiones canarias de la letra, que nadie entendía”, nos cuenta Don Patricio.

Pese a todo, no era un tema pensado para sonar en verano. “Lo compuse en Málaga, mientras estudiaba, y al principio tenía un ritmo nada veraniego”, dice Don Patricio, natural de El Hierro, quien cursó Comunicación Audiovisual en Salamanca y el máster en la ciudad andaluza. Cuando Cruz Cafuné se le unió, y sobre todo cuando barajaron con la productora el concepto del vídeo (de animación), vieron claro que había que explotar el componente playero. “’¡Que salgan muchos bikinis de lunares!’, le decíamos al realizador”, añade Patricio. 148 millones de visitas acumula desde entonces.

Hay que creer a Sebastián Yatra cuando perjura que no era su intención con Pareja del año confeccionar un éxito de verano. No está hecha esa estación para gimotear por haberse enamorado de la chica equivocada. Surgió cuando Mauricio Rengifo (componente del dúo Cali & El Dandee) le invitó a pasar un día en su barco y le puso en su portátil la base del tema. Enseguida Yatra improvisó una melodía por encima y esbozó la letra, que incluye locuciones como “depresión”, “sufriendo” y “llorando de pena”. “Solo pensé en contar una historia”, dice. “Es una canción de amor con un punto de vista diferente. El éxito llega cuando cantas sobre lo que te sale de dentro, no cuando haces algo forzado”.

Además de la canción y el momento, está el artista. Universal tiene mucho interés en hacer del apuesto Yatra una estrella. El colombiano lleva un par de años compitiendo con otros reguetoneros por conquistar el mercado español sin acabar de romper. Ahora reside en Madrid mientras participa como actor en el rodaje de la serie Érase una vez…, pero ya no, de Netflix. A finales de junio comenzará una minigira por España con entradas ya agotadas en Madrid (día 26) y Barcelona (27). En septiembre se enrolará en un tour por Estados Unidos con Enrique Iglesias y Ricky Martin.

El cantante Sebastián Yatra. Tommy Hilfiger / EL PAÍS

Por el mismo motivo, incluso un tema compuesto alevosamente para el verano como el que han grabado a medias Bertín Osborne y Carlos Baute (A fuego lento) parte con desventaja. “Podría ser canción del verano —dice Toni Sánchez—, pero es verdad que los protagonistas suelen ser gente joven, que está en la pomada”.

Merecería análisis científico contabilizar las veces que la canción del verano taladra los oídos del oyente medio unas vacaciones. Le perseguirá en chiringuitos, piscinas, tiendas, atracciones de feria… Conquista territorios familiares, lo que aconseja simplicidad. “Ha de ser sencilla”, decreta Toni Sánchez. “Canciones como Bailando, de Enrique Iglesias (2014), o La bicicleta, de Carlos Vives y Shakira (2016), no llevan una sofisticación en su mensaje. Son muy fáciles de aprender. Por eso gustan a toda la familia: hasta el más pequeño de la casa va a ser capaz de repetir el estribillo. Debe tener esa magia especial que hace que guste a la abuela, al niño y la niña, al papá, a la mamá… Forma parte de su verano”.

Una tradición de décadas

La canción del verano es una tradición en nuestro país prácticamente desde que hay canciones. El Laboratorio de Innovación Audiovisual de RTVE data la primera en 1939: fue La morena de mi copla, de Estrellita Castro. A partir de los años sesenta, éxitos de pop nacional, engendros humorísticos, bailes pueriles, eurodance comercial y caderazos latinos se han alternado con religiosa puntualidad. Sirvan de muestra títulos como María Isabel, de Los Payos (1969), Un rayo de sol, de Los Diablos (1971), Eva María, de Fórmula V (1973), las múltiples e inefables creaciones de Georgie Dann, El baile de los pajaritos, de María Jesús y Su Acordeón (1981), Lambada, de Kaoma (1989), Tractor amarillo, de Zapato Veloz (1991), Saturday night, de Whigfield (1993), Bomba, de King África (2000), Colgando en tus manos, de Carlos Baute y Marta Sánchez (2008)… En la última década, los tórridos himnos latinos se han llevado la palma: La gozadera, de Gente de Zona y Marc Anthony (2015), Despacito (2017), La cintura, de Álvaro Soler (2018), Contando lunares (2019)…

“Cuando se acerca el verano, para quienes trabajamos en la música es casi un reto atender a cuál será su canción. Es un hito que lleva repitiéndose tantos años que el profesional lo está esperando”, explica Toni Sánchez. “A pesar de que hay artistas internacionales con mucha mayor dimensión, la verdad es que llevamos mucho tiempo en que la canción del verano es latina”.

Internet como lanzadera

Antaño, radio y televisión eran los medios que contribuían a fabricar un éxito de verano. Ahora, Internet se erige como instrumento imprescindible. Don Patricio se limitó a subir a YouTube el vídeo de Contando lunares. “A los pocos días lo estaban compartiendo futbolistas, novias de futbolistas…”, comenta. TikTok era aún demasiado novedoso para resultar determinante. Pero la repercusión de Pareja del año se basa en gran medida en una nueva realidad: los challenges, o sea, desafíos.

Un challenge es un llamamiento a repetir una acción (un gesto, un baile) en los vídeos de los demás. El 17 de abril, Sebastián Yatra subió a esta aplicación una facilona coreografía acompañando el estribillo de su single. Hacía mímica como si tocara el violín y en la parte más dramática fingía secarse una lágrima. Un buen porcentaje de sus 15 millones de seguidores en la red social, no pocos influencers y famosos como Carlos Baute lo imitaron. Actualmente, el #ParejaDelAñoChallenge ronda los 150 millones de visualizaciones.

Carlos Baute, recogindo junto a Marta Sánchez el Ondas a la mejor canción por ‘Colgando en tus manos’.EFE

“Hay que emplear todas las herramientas disponibles para que la canción se viralice”, reconoce el propio cantante. Lo mismo opina su jefa en Universal: “Hoy, plataformas como TikTok pueden hacer de lanzadera de una canción. La industria tiene que estar muy pendiente de cómo consume el usuario de la calle para poder montar estrategias. El propio artista se prepara su challenge, lo sube e invita a sus seguidores a que participen. Se contagia, se vuelve viral… Para hacer un número uno necesitas todas las herramientas y que estén en continuo movimiento”.

De la táctica de la reiteración también participa la radio. Como declara el director de LOS40, “si pones una canción tres veces al día, difícilmente vas a conseguir hacer un éxito; si las pones siete u ocho, tienes más posibilidades. La radio sigue siendo un medio que usa la fórmula de la repetición cuando piensa que una canción va a gustar a sus oyentes. La repetición también está en las listas de Spotify: la canción del verano va a estar en todas las playlists de música latina. Si no está, el que ha hecho esa lista comete un error. Si una emisora no programa esa canción, no va a llegar a un público superamplio”.

No obstante, lo de canción del verano no es un título oficial; cada año, de hecho, varios temas están en disposición de adjudicarse el honor. Todos acribillan al oyente con parecida intensidad. De modo que tal denominación es subjetiva: cada persona tiene su canción del verano. La favorita de Toni Sánchez para este año es Ingobernable, de C. Tangana con Gypsy Kings. “La vamos a escuchar en todas partes este verano, pero es un perfil distinto”, admite. Otras que también acosarán al veraneante son Hijos contigo, de Lérica y Mau y Ricky; Magia, de Álvaro Soler; o Solo, de Omar Montes, Ana Mena y Maffio. Al final, y aunque compartan excipientes, otras no lo conseguirán y solo tres o cuatro serán las triunfadoras. “Esto es como hacer un pastel”, arguye Marta Vall. “Con los mismos ingredientes un día te queda superbien y otro no tanto. No hay una fórmula exacta”.

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