Vista panorámica de la Feria de Fráncfort en la edición del año pasado, celebrada en octubre.picture alliance / dpa/picture alliance via Getty IHace menos de dos meses, Canadá decidió paralizar la construcción del pabellón con el que iba a escenificar que era el país invitado de honor en 2020 a la 72ª Feria del Libro de Fráncfort, el encuentro internacional más importante del sector editorial que se celebra en octubre. La organización canadiense ya había planteado posponer la invitación de honor a 2021 por las restricciones de movilidad provocadas por la pandemia. Era la señal más clara de que lograría el aplazamiento, provocando un efecto dominó que había de afectar a España, cuya literatura era la invitada en 2021. El movimiento se confirmó oficialmente ayer cuando el Ministerio de Cultura y Deporte, junto con Acción Cultural Española (AC/E), aceptaron formalmente la petición de la feria del libro para que España protagonice la convocatoria de 2022.“Nos permitirá ir con mucha más fuerza, al poder perfeccionar el proyecto y la programación”, aseguraron ayer a este diario fuentes del ministerio, que ha consensuado la decisión con la Federación del Gremio de Editores de España y con las delegaciones de Eslovenia e Italia, que siguen a la cita española en 2023 y 2024.Si bien el cambio de calendario rompe el guiño de que el año próximo se cumplía el 30 aniversario del estreno de España como país invitado, tras la sobriedad oficial externa el sector no deja de estar feliz ya que 2021 será la feria del estreno en una nueva normalidad plagada aún de incertidumbres, a la que, además, se habría llegado sin una gran cantidad de autores españoles traducidos (especialmente al alemán) tras el frenazo del mercado este año. Ir como país invitado en 2022 permitirá trabajar mejor diplomáticamente una posible visita de Estado de los Reyes de España aprovechando el evento.Pero la primera ventaja del aplazamiento es que la convocatoria de ayudas a la traducción de obras en español a lenguas extranjeras que el ministerio y AC/E han lanzado para este año y para 2021, con una partida anual de 800.000 euros, “en principio se alargará hasta 2022”, según esperan en el ministerio. Ello se añade al acuerdo que ambos organismos han alcanzado ya con la plataforma de ventas de derechos IPR, propiedad de la misma Feria del Libro de Fráncfort, para facilitar la transacción de cánones editoriales. Según Elvira Marco, comisaria del proyecto español en la feria, “ya se han inscrito más de 80 editoriales y agentes”.El cambio comportará también “una transformación de la partida” prevista para 2021, que reflejaba “un notable esfuerzo presupuestario”, entre otras cosas, para vestir un pabellón que está previsto ronde los 10.000 metros cuadrados.Si bien “el fenómeno hucha no existe en la administración pública”, como recuerdan desde el ministerio, es probable que se amplíen las actividades de 2021 para hacerlas acordes a “un país que tomará el relevo de Canadá al año siguiente”.El presupuesto del programa español no se ha hecho público, si bien entre partidas directas e indirectas será un montante millonario, en parte ligado al grado de ambición de la tradicional presencia cultural que se quiera tener en toda Alemania durante ese año, al calor del programa paralelo a ser el país estrella en la feria.La decisión de trasladar como invitado de honor a Canadá (el programa originalmente previsto para 2020 contaba con la presencia de más de 80 escritores, entre ellos Margaret Atwood) genera aún más incertidumbre sobre la feria de este año. La convocatoria del 14 al 18 de octubre ya se ha visto castigada por la renuncia de los grandes conglomerados editoriales internacionales, además de otros sellos y agentes (incluidos españoles), a tener presencia física en el recinto. La feria contará con medidas especiales, gran peso de los eventos virtuales y actividades en las calles.Solidaridad del sectorEl anuncio de la cancelación de Canadá ayuda a hacer aún más alemana la cita internacional de este año, y llega apenas mes y medio después de que la Asociación Alemana de Editores y Libreros, con el apoyo del estado de Hesse, ratificara que a pesar de la pandemia la feria se celebraría presencialmente. A la toma de esta decisión no fue ajena la presión del potente gremio de la hostelería de Fráncfort y del Estado de Hesse, que insistieron en que se mantuviera la cita.Juergen Boos, director de la feria, agradeció ayer a los comités y editores de España, Eslovenia e Italia, a través de un comunicado, “su solidaridad para que Canadá tenga la mejor oportunidad posible de presentar su literatura y cultura”, emplazando al programa de actividades digitales que presentará el país americano. “Este es un año de grandes desafíos para todos. Hemos visto a la comunidad internacional del libro unirse en muchos frentes; y el caso con los países invitados a la feria es sólo uno de muchos ejemplos”, aseguró.
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