Los mundiales son diferentes al resto de torneos porque todas las selecciones se ponen al límite y son capaces de sacar su mejor versión. La selección senegalesa ahora tiene por delante el reto de comprobar cuál es su ‘prime’ sin Sadio Mané en el campo. La baja del delantero del Bayern es un golpe de realidad, un contratiempo durísimo y un bofetón a sus aspiraciones, pero los ‘Leones de Teranga‘ rugen en las ocasiones menos esperadas.
El grupo de Aliou Cissé una vez conoció la baja de Mané tenía dos opciones: frustrarse o ser fuerte. Y sin duda, se decantó por la segunda. La resiliencia es una de las virtudes de los senegaleses, que se reponen de las caídas y se agarran a las oportunidades con uñas y dientes. Y este Mundial es una oportunidad. La ausencia del ‘capi’ les quita presión y les permite poder trabajar más en conjunto.
La cita mundialista llega en el momento perfecto para ellos, después de haber conquistado la última Copa África ante Egipto y con la mayoría de jugadores importantes en el mejor momento de su carrera deportiva. El once tipo está repleto de futbolistas con experiencia y con una madurez óptima para alcanzar el éxito. Aunque la media de edad de la convocatoria es de 26 años, los titulares están más cerca de los 30 que de los 25. A ellos se puede unir alguna joven perla como Jackson (21), que puede tener un papel importante en la posición de Sadio.
Mendy es el encargado de poner el candado a la portería, el guardián del Chelsea eleva su nivel en Senegal y sus reflejos felinos le convierten en casi imbatible. En defensa, Sarr y Ciss son los encargados de poner experiencia, proyección ofensiva y velocidad en las bandas, mientras que Diallo y Koulibaly aportan salida de balón, liderazgo, juego aéreo y mucha jerarquía. La parcela defensiva es una de las esperanzas para conseguir los objetivos.
El centro del campo tiene puntos muy fuertes y otros muy bajos, sin encontrar el punto intermedio que todos los entrenadores buscan. Kouyaté, Mendy y Gueye son ‘pesados’, intensos y muy buenos sin balón. Los tres son físicos y tienen capacidad para estar presentes en ataque y en defensa. A todos ellos les falta técnica para dar el último pase y que el balón circule rápido.
El ataque es la gran debilidad del equipo, con una falta de gol preocupante. Ismaila Sarr y Jackson pueden poner velocidad, desequilibrio y desconcierto en las defensas rivales del que se puede aprovechar la ‘torre’ Diedhiou, pero a los tres les falta ser contundentes de cara a puerta. A poco que estén acertados ganarán muchos encuentros.
Con sus puntos fuertes y sus puntos débiles es una selección incómoda, con mucha ilusión y que compite a las mil maravillas. No se lo va a poner fácil a nadie y puede ganar a cualquiera. Es clara candidata a dar varios sustos. El primero puede ser a Países Bajos.