El 14 de mayo de 2014, tal día como este viernes hace siete años, el Sevilla inició una histórica trilogía de títulos en la Europa League que lo convertía en absoluto dominador de la competición. Con Unai Emery al frente, el club nervionense completaría tres conquistas consecutivas. En Turín ante el Benfica ese año, en Varsovia frente al Dnipro ucraniano en 2015 y en Basilea ante el Liverpool en 2016.
El título de 2014 tuvo mucho valor por el largo camino que los sevillistas tuvieron que andar. Clasificados de rebote por la sanción al Málaga y al Rayo Vallecano por incumplir el fair play financiero, los de Emery tuvieron que pasar tres rondas previas antes de llegar a la fase de grupos, por lo que tuvieron que adelantar la pretemporada y disputar su primer partido oficial el 1 de agosto ante un desconocido equipo montenegrino, el Mladost Podgorica. Desde ahí, el Sevilla disputó un total de 19 partidos, con citas ya en la memoria de los sevillistas, como una eliminatoria ante el Oporto, la espectacular remontada ante el Betis después de perder por 0-2 en casa y forzar la tanda de penaltis en el Villamarín o, ya en semifinales, el gol de Mbia en Mestalla en el tiempo de descuento cuando un 3-0 lo dejaba fuera de la final.
El duelo de Turín ante el Benfica de Jorge Jesús fue la última prueba para los corazones sevillista. Un 0-0 que forzó la prórroga y la tanda de penaltis, en la que el portugués Beto fue protagonista y, como no, el francés Gameiro, que anotó el lanzamiento definitivo ante el hoy guardameta del Atlético de Madrid Jan Oblak.
En aquel equipo se juntaron futbolistas que iban a formar una generación muy exitosa. Gameiro, Bacca, Reyes, Rakitic, Carriço… Después vendrían otras gestas, nuevos títulos… pero aquella primera piedra marcó el inicio de algo muy grande, una trilogía que lleva el nombre grabado de Emery.
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