MIAMI — Los cuerpos de dos hermanas, cuyos restos fueron recuperados de los escombros de un condominio de Florida, fueron colocados en el mismo ataúd color blanco y adornado con moños en rosa y lila. Las pequeñas, de 4 y 10 años, fueron enterradas el martes junto a sus padres.
A Lucía Guara —“Lulu Bear”— le encantaba ver “Jepoardy!” en compañía de su papá, así como bailar y practicar yoga con mamá. Su hermanita, Emma, era la princesa de la familia, una artista nata que disfrutaba pasear sobre la espalda de papá y acurrucarse con su mamá, relató su familiar Digna Rodríguez.
El funeral de una hora se realizó en la parroquia de St. Joseph, la iglesia católica al que acudía la familia y que se ubica a tres cuadras del lugar donde colapsó el edificio Champlain Towers South, cobrando la vida de las hermanas Guara, de sus padres Marcus y Anaely Guara, y de otras 32 personas, mientras más de 100 continúan desaparecidas.
A pesar de las fuertes lluvias y vientos producto de un huracán, los socorristas continúan excavando entre los escombros de concreto pulverizado y metal retorcido por 13er día consecutivo en Surfside.
Desde el condominio se podía ver el estacionamiento de la iglesia en la que Emma fue bautizada en 2016 y en la que Lucia celebró su primera comunión en 2019.
El reverendo Juan J. Sosa pidió seguir rezando.
“Aún hay unos 15 de nuestros feligreses desaparecidos”, dijo. El pastor les recordó a los asistentes que la muerte no los define, asegurándoles que la fuerza de Dios siempre está presente, en especial en los momentos de adversidad.
Los familiares se enjugaron las lágrimas y se abrazaron emotivamente unos a otros durante el funeral, en especial hacia el final del servicio, cuando se entonó “Amazing Grace” mientras sacaban los féretros de la iglesia.
El presidente añadió que las familias son “realistas” sobre las posibilidades de encontrar sobrevivientes pero por eso no van a parar la búsqueda.
“Que todos conectemos con nuestras familias como lo habría hecho Lucia. Que todos nos movamos con la gracia con la que Emma lo hubiera hecho. Que todos seamos tan devotos y leales como lo eran Marcus y Anaely”, dijo Rodríguez.
El primo de Marcus Guara, Peter Milián, alentó a otros a seguir el ejemplo de la familia y a disfrutar el presente y a dar cariño a todos a su alrededor.
“Era un tipo genial que se derretía por sus hijas. Amaba ser papá”, dijo Milián al describir el entusiasmo con el que participaba en los programas noticiosos que improvisaba Lucía y en las carreras de obstáculos de Emma.
Marcus, un deportista sumamente competitivo y exitoso vendedor de 52 años de edad, disfrutaba de los pequeños placeres de la vida, como caminar en la playa con su familia. Anaely era más análitica, una solucionadora de problemas, una madre protectora que fomentaba la creatividad de Emma y era el ejemplo de Lucía, dijo Rodríguez.
Lucía adoraba a su familia extendida, era una niña de gran corazón que se conectaba fácilmente con los demás. Hace algunos meses, tomó todo el dinero que recibió en su cumpleaños y del ratón de los dientes y lo colocó dentro de un sobre. Después, le pidió a papá que lo enviara al Hospital Infantil de St. Jude, diciéndole: “Ellos lo necesitan más que yo”, publicó Marcus en su página de Facebook.
Milián señaló que era una bendición que la familia muriera junta.
“Creo en verdad que Dios los estaba cuidando y no los hizo sufrir sin Lucía ni Emma”, declaró.
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