Ser anfitrión de la Eurocopa no es ninguna garantía

Inglaterra reservó su plaza en la final de la Eurocopa para romper con el gafe que le acompañaba desde 1966. Más de medio siglo de disgustos bastaron para ponerle remedio en Wembley, donde el equipo de Southgate tiene un cara o cruz este domingo. Sin embargo, pese a contar con el apoyo de su gente, la historia recuerda que solo ha habido otras tres selecciones que fueron campeonas de Europa en su casa: España en 1964, Italia en 1968 y Francia en 1984.

Nada garantiza el éxito, ni siquiera por ser un anfitrión clandestino. Por más que Platini sugiriera que el campeonato se disputase en distintas sedes, la realidad apunta a que Inglaterra ha jugado todos sus compromisos en Wembley a excepción de uno que tuvo lugar en Roma. Un camino mucho más cómodo que el de otros equipos, que sospechan que la UEFA pueda haber querido tener un trato de favor con Boris Johnson tras el empeño que puso en abortar la Superliga.

Sea como fuere, Inglaterra ha hecho caso omiso a los rumores y se centra ahora en no meter la pata. Ha tomado ejemplo de lo que no hay que hacer tras rebobinar a la Eurocopa de 2004, en la que la Portugal de futbolistas como Figo, Deco o un imberbe Cristiano Ronaldo se dejó superar en la final de Da Luz ante la Grecia de Charisteas. También le sirve la dura experiencia de Francia, que en 2016 no amarró el trofeo en su propia cancha tras perder frente a Portugal. Southgate está avisado.


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