De tal palo, tal astilla. Ya se sabe desde hace tiempo que Domantas Sabonis ha heredado el don especial de su padre, Arvydas, para el baloncesto. En especial, su singular manera de ver el deporte de la canasta.
Porque la asistencia que entregó anoche a Keegan Murray en Dallas a pesar de la derrota final de los Kings es de aúpa, de esas al alcance de unos pocos elegidos. Sin mirar, con la intuición de los genios, supo encontrar al ala-pívot.
Arvydas Sabonis, que jugó 6 años en los Blazers (1995-2001) marcó tendencia en la NBA con su visión de juego a pesar de ser un pívot de 2,21 y su hijo la sigue.
Domas, de 2,16 y 26 años, vive el mejor momento de su vida en la NBA y se dispone a hacer ruido con estos Kings que jugarán playoffs 17 años después.
El lituano, formado en el Unicaja Málaga, sumó su 14º triple-doble del curso ante los Mavericks con 19 puntos, 11 rebotes y 11 asistencias. Sólo Nikola Jokic (29) ha firmado más que él. Como pasa con el MPV, su manera de ver el basket, enamora.