Más de mil personas, entre ellas rusos y ucranianos, marcharon este viernes por el centro de Belgrado en solidaridad con Ucrania y por la paz, con motivo del aniversario de la agresión de Rusia al país vecino.
Muchos de los participantes de la manifestación, organizada por asociaciones de rusos y ucranianos que viven en Serbia, enarbolaron banderas de Ucrania y pancartas con inscripciones como “Alto a la guerra en Ucrania” o “Ucrania vencerá”.
Decenas de miles de rusos opuestos a la invasión de Ucrania y que denuncian la deriva autoritaria de Vladímir Putin han huido a Serbia, un país con tradicionales buenas relaciones con Moscú y cuyo Gobierno mantiene una ambigua posición de cercanía al Kremlin.
En una plaza del centro de la capital serbia, el embajador ucraniano, Volodymyr Tolkach, declaró ante los reunidos en la “Marcha de solidaridad y paz” que gracias a la solidaridad del mundo libre “Ucrania ha resistido 365 días la horrorosa agresión de Rusia”.
Poco antes, varias decenas de activistas antibélicos dejaron en una acera cerca de la Embajada de Rusia en Belgrado una torta en forma de calavera sobre un fondo rojo, que simbolizaba la sangre.
Los activistas, a los que la policía impidió llegar al edificio de la embajada, pidieron a Putin que se entregue a la justicia internacional por crímenes de guerra.
Serbia, país candidato al ingreso en la Unión Europea, ha condenado la agresión, pero hasta ahora no se ha sumado a las sanciones occidentales contra Rusia, un aliado tradicional que defiende sus intereses en los foros internacionales.
En Serbia se han celebrado en varias ocasiones manifestaciones de protesta contra la agresión rusa, pero también concentraciones de ultraderechistas en apoyo a Moscú.
La policía ha prohibido una protesta anunciada para hoy de ultras en apoyo a Rusia y para exigir la puesta en libertad de varios de sus líderes arrestados.
El pasado día 15, cientos de ultraderechistas prorrusos protestaron en Belgrado en contra de que el Gobierno serbio acepte un plan europeo para negociar con Kosovo -una ex provincia serbia que declaró en 2007 su independencia-, y advertían de que estaban preparados “para mucho más que desórdenes“.
Después de la prohibición de la protesta de hoy, llamaron a sus seguidores a reunirse en varias iglesias ortodoxas en Belgrado para orar por la victoria rusa.
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