Jair Bolsonaro y Sergio Moro, exministro de Justicia, el pasado 16 de febrero.Buda Mendes / Getty ImagesEl exministro de Justicia de Brasil Sergio Moro ha declarado ante la Policía que el presidente Jair Bolsonaro quería que él sustituyese al jefe de la Policía Federal de Río de Janeiro. Este cargo se considera esencial para los intereses del presidente, ya que es en dicho Estado donde cursan las investigaciones que pueden potencialmente implicar a sus aliados e hijos.Las declaraciones responden al testimonio que realizó Moro el sábado pasado en uno de los interrogatorios por la investigación que abrió la Fiscalía brasileña contra el presidente. Según la información revelada ahora por la emisora CNN Brasil, el presidente le envió en marzo el siguiente mensaje por WhatsApp: “Moro, tienes 27 Superintendencias; yo solo quiero una, la de Río de Janeiro”. El por entonces ministro estaba en contra de efectuar sustituciones de cargos clave en la Policía Federal, como la superintendencia de Río de Janeiro y, principalmente, la dirección general del organismo, hasta entonces al mando de Maurício Valeixo.Bolsonaro, que siempre ha negado estas acusaciones, habló con la prensa para contestar a Moro. Sin profundizar sobre cuál era su interés en Río de Janeiro, ha acusado a Moro de filtrar a TV Globo, la mayor televisora del país, informaciones confidenciales. Más temprano, volvió a criticar a la prensa y mandó callar a varios periodistas cuando le preguntaron si estaría interfiriendo en la corporación policial. Todo ello, retransmitido en directo en la cuenta de Facebook del propio presidente.Bolsonaro ha intentado interferir en esa superintendencia específica desde el año pasado. Ya había sustituido a Ricardo Saad por Carlos Henrique Oliveira en el puesto, aunque él no fuera su predilecto. Este martes, Oliveira fue nombrado director ejecutivo de la Policía Federal, lo que ha dejado a la superintendencia de Río sin mando, de momento.Durante el interrogatorio, Moro destacó que desde agosto del año pasado el presidente pedía el relevo de Valeixo. Y que él se oponía al entender que no había ninguna razón técnica que justificara su salida. Cuando el 23 de abril el presidente le comunicó que destituiría a Valeixo y que Alexandre Ramagem sería el sustituto, Moro le contestó que, de producirse, dejaría el cargo. Algo que terminó por suceder a finales de abril. Ramagem es amigo de los hijos del presidente y actual director de la Agencia Brasileña de Inteligencia (ABIN).Después de testificar, Moro puso su móvil a disposición de los policías y autorizó la obtención de copias de sus diálogos con Bolsonaro y con la diputada federal Carla Zambelli (del Partido Social Liberal, expartido del presidente), de quien fue padrino de boda, y quien intentó convencerle de que siguiera en el cargo a cambio de un futuro nombramiento para una plaza en el Tribunal Supremo. Sobre las demás conversaciones, dijo que no las pondría a disposición al entender que eran de carácter personal e incluso tenían interés de seguridad nacional, debido al cargo que ocupaba antes de dimitir.Moro afirmó además que no tiene todos los mensajes que intercambió con Bolsonaro. “El declarante manifiesta que solo tiene algunos mensajes que intercambió con el presidente, e incluso con otras personas, ya que, en 2019, unos hackers interceptaron sus mensajes ilegalmente, motivo por el cual procedió a borrarlos periódicamente”, dice un extracto de su declaración publicada por CNN Brasil. El exfuncionario se refiere al episodio conocido como Vaza Jato, en el que la web The Intercept Brasil y otros medios colaboradores, entre ellos EL PAÍS, revelaron, mediante mensajes intercambiados a través de la aplicación Telegram, que el por entonces juez de la Lava Jato había influenciado y colaborado en las investigaciones del Ministerio Fiscal, algo no previsto en las leyes brasileñas.
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