Serrano deja el escaño en el Parlamento andaluz con fuertes críticas a Vox


El que fuera líder y candidato de Vox a la presidencia de la Junta de Andalucía, Francisco Serrano, ha renunciado esta mañana a su escaño en el Parlamento andaluz donde era diputado no adscrito desde el pasado mes de julio. Serrano deja su acta con fuertes críticas a su antiguo partido al que acusa de “ingratitud, desdén y desprecio desde el día siguiente” de las elecciones andaluzas del 2 de diciembre de 2018, en las que Vox irrumpió por primera vez en un Cámara autonómica con 12 diputados.

Serrano se dio de baja de Vox en julio pasado, aunque conservó su acta de diputado, después de que la Fiscalía Superior de Andalucía presentase una querella contra él por un presunto fraude de subvenciones por una ayuda pública de 2,5 millones percibida en 2016. Según fuentes de Vox, Serrano se comprometió a renunciar el acta, pero prefirió seguir siendo aforado y ser diputado no adscrito.

“Estoy cansado de tanta persecución mediática y política, incluida la del que había sido mi partido, pese a la primera versión oficial de respeto y comprensión a una decisión consensuada y que tenía por fin no perjudicar a la imagen de Vox”, asegura en un comunicado publicado en su cuenta de Twitter Francisco Serrano, que es juez en excedencia. Afirma que se ha visto “atacado” desde “ciertos sectores de Vox”.

Aunque Serrano fue candidato del partido de la ultraderecha en las dos últimas elecciones autonómicas, cuando Vox logró representación parlamentaria ocupó un lugar secundario en el grupo. Era presidente, pero la portavocía recayó en el abogado y diputado por Córdoba, Alejandro Hernández, que cuenta con todo el apoyo de la dirección nacional que pilota Santiago Abascal.

Sin dar nombres, el ya exdiputado asegura que “unos arriesgan, lo dan todo para defender ideales y conquistan fortalezas a costa de desangrarse, y, otros, recibiendo trato de favor y sin arriesgar nada, se aprovechan de las conquistas y brechas abiertas por los primeros en murallas, antes inexpugnables”.

Serrano dice que la política ha sido “una gran decepción” y subraya que siempre ha rechazado “el nepotismo” y defendido “la libertad de discrepar y los valores de mérito y capacidad, sin privilegiar a unos o discriminar y purgar a otros por mera conveniencia, e incluso a costa de no respetar el principio de presunción de inocencia”. En su despedida le desea “a la mayoría” de sus compañeros “todo bien”, pero a los que han intentado hundirlo política y personalmente, les prescribe “que reciban el pago que merecen”.

El 30 de marzo de 2016 Serrano constituyó, junto a su entonces socio Enrique Pelegrín Díaz, la sociedad limitada Bio Wood Niebla, con un capital social de 1,2 millones de euros. A través de esa entidad solicitaron al Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital una ayuda para instalar la localidad onubense de Niebla una fábrica de pellets (prensado a base de madera). El proyecto recibió el 1 de diciembre de ese mismo año una subvención pública de 2,5 millones de euros a devolver en 10 años, con tres de carencia. La investigación practicada por la Fiscalía de Sevilla en noviembre de 2019 concluyó que “no consta la realización del proyecto comprometido para la fabricación de pellets para la que se solicitó la ayuda, ni el reintegro del préstamo”.

Como diputado, Serrano dejó huella con peticiones extravagantes como la de solicitar a la Junta la relación de todos los trabajadores, con nombres y apellidos, de las Unidades de Valoración Integral de Violencia de Género. La solicitud fue rechazada de plano por el Parlamento andaluz. Con motivo de la sentencia del Tribunal Supremo que elevó a 15 años de prisión la condena de los violadores de La Manada, Serrano se explayó en sus redes sociales y consideró que el fallo estaba cargado de “condicionantes mediáticos y políticos”. También escribió en su cuenta de Facebook que la decisión judicial estaba dictada “por la turba feminista supremacista”; opinó que “la relación más segura entre un hombre y una mujer será únicamente a través de la prostitución” y que “hasta un gatillazo o no haber estado a la altura de lo esperado por la mujer, podría terminar en prisión”. Serrano dijo no haber escrito estos entrecomillados que atribuyó a un “nuevo colaborador”.

Vox desautorizó a su exlíder y este se dio de baja médica en el Parlamento tras haber sufrido, según él, un “linchamiento” que le había provocado una “merma física y anímica” por sus críticas a la sentencia del Tribunal Supremo. A partir de ahora, Serrano volverá a su despacho profesional especializado en derecho de familia.


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