Tras 18 meses de trabajo, el casco de la nao Victoria 500 llegó a Sevilla el 3 de marzo surcando el Guadalquivir, remolcado desde el astillero de Punta Umbría (Huelva) que la vio nacer gracias al trabajo de 60 profesionales. Al casco del barco, réplica exacta del que completó la vuelta al mundo bajo el mando de Sebastián Elcano cuando atracó en Sevilla en septiembre de 1522, le faltaban mástiles y barandillas que los carpinteros de ribera colocaron cuando la nave estuvo anclada ante la Torre del Oro, en el muelle Marqués de Contadero. El pasado 11 de marzo la Fundación Nao Victoria lo tenía todo listo para que abrir el barco a las visitas. La nave, ya arbolada, cuenta con una exposición en su interior que explica la vida a bordo y las vicisitudes por las que pasaron sus 45 tripulantes. Sin embargo, el coronavirus, una calamidad de la que se libraron los aguerridos marineros, ha atacado también a esta gemela de la única de las cinco embarcaciones de la Armada de la Especiería que completó la vuelta al mundo.
Tras casi tres meses de espera, la nao Victoria 500, con sus 27 metros de eslora y 7,70 metros de manga, ha abierto por fin al público. “Esto es lo que hablamos hace muchos años que debía tener Sevilla, un hito visual estético que de forma permanente fijara un evento como la primera circunnavegación, tan importante desde el punto de vista de la historia de la ciudad, y creo que ahora lo tenemos”, ha afirmado el alcalde de la ciudad, Juan Espadas, a bordo de la nave. La ciudad, que durante estos tres meses ha tenido tiempo de asimilar que el barco ha llegado para quedarse –está firmado hasta finales de 2022, pero la intención tanto del Ayuntamiento como del Puerto de Sevilla es que permanezca en el muelle de forma definitiva– cuenta con un nuevo icono, que se suma a la omnipresente Giralda, a la Torre del Oro o al Puente de Triana.
Una visita a la nave, en la que se aplican las medidas de seguridad dictadas por la autoridades sanitarias como un aforo máximo de 60 personas y un recorrido prefijado, permite conocer elementos de la nao como el pinzote, desde donde se gobernaban los barcos hasta mediados del siglo XVIII, haciendo palanca sobre la caña del timón, lo que permitía controlar el rumbo sin perder de vista las velas. O el cabrestante, un eje vertical con el que se iza el ancla o se sube la verga mayor y que para hacerlo girar hacían falta hasta ocho hombres.
“De momento, para la visita hay que pedir cita por Internet, porque el aforo es limitado y es obligatorio el uso de mascarillas. Además, todo el recinto se desinfectará varias veces al día. La Nao Victoria forma parte del contenido del Espacio Primera Vuelta al Mundo, el centro de interpretación sobre la gesta marítima que hemos creado en colaboración con el Ayuntamiento y la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía”, ha explicado José Fernández de Cabo, presidente de la Fundación Nao Victoria, una institución privada sin ánimo de lucro que nació en 2007 y que cuenta con otra réplica de la nao Victoria, con la que ha dado la vuelta al mundo entre 2004 y 2006, además de con otras dos embarcaciones históricas: el galeón Andalucía y la nao Santa María.
“Esta réplica de la nao Victoria quedará como legado permanente de la celebración y símbolo visible de esta gran hazaña de nuestros marinos españoles. Su apertura supone un importante hito para la Consejería de Cultura y retoma nuestro propósito de convertir el V Centenario de la Primera Vuelta al Mundo en un importante reclamo turístico y cultural para Sevilla y Andalucía”, ha apuntado la consejera de Cultura y Patrimonio Histórico, Patricia del Pozo, quien también es la madrina de la nave.
Y aunque no se ha construido para navegar –de momento, porque está preparada para adaptarla a ese uso cuando se requiera–, con ella zarpan las ilusiones de una ciudad que quiere recuperar su posición como destino turístico cara al verano, la peor de las temporadas para Sevilla por sus altas temperaturas.
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