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Sexto penalti en contra en seis partidos


Otro penalti en contra. El sexto en seis partidos. La Real volvió a sufrir contra el Celta esa frustración que nace del pitido del colegiado y el gesto señalado el punto fatídico. Con el descanso a punto de caramelo, Aspas aprovechó la indecisión de Llorente y Zubimendi para birlarles la cartera. El delantero notó una caricia en su cadera y, loco por la música, dobló las piernas y se dejó caer. Pena máxima y 0-1.



Un golpe recurrente en los últimos envites. Ya en los dos encuentros previos al confinamiento, la Real tuvo que lidiar con tres penaltis en contra. El primero, de Le
Normand en el Camp Nou. Una mano rigurosa, totalmente involuntaria y decretada por el VAR. Gol de Messi, 1-0 y derrota.

En el derbi de Ipurua, las manos volvieron a ser protagonistas en el área txuri urdin. Con 0-1, un remate de cabeza de Kike
García golpeó en el brazo de Zubeldia, de espaldas al punta armero. Orellana disparó abajo y Remiro detuvo.

El meta realista no pudo desbaratar el segundo penalti de la noche, cometido por Zaldua. En una disputa en el pico del área con Kike
García, el lateral golpeó el cuero con la mano. Charles no falló pero los tres puntos viajaron a Anoeta.

La situación en área propia no ha mejorado tras el confinamiento. En el retorno ante Osasuna, el conjunto rojillo se puso por delante con otro penalti. El infractor fue, de nuevo, Le
Normand, que golpeó con la mano extendida un centro desde la izquierda de Adrián. Otro encuentro cuesta arriba por culpa de una pena máxima. Al final, Oyarzabal rescató un punto (1-1).

Mendizorrotza ofreció una tregua en lo que a penaltis se refiere antes de, posiblemente, los dos más polémicos junto al del Camp Nou. Ambos, cometidos, presuntamente, por Diego
Llorente. Contra el Real Madrid, el central realista mete la pierna antes de que Vinicius dispare. Es casi imposible determinar si hubo contacto, pero… Penalti.

Contra el Celta, el marcador volvió a abrirse en contra de los intereses txuri urdin desde el punto de castigo. El gol que deshace el 0-0 suele ser el más valioso, el que cambia un encuentro y condiciona todo lo que sucede a partir de entonces. En cuatro de los últimos seis encuentros, la Real se ha puesto por detrás en el luminoso merced a un penalti. Tres de ellos, muy discutibles o incluso injustos. Una circunstancia que, si bien no explica la mala dinámica de fútbol y resultados de los de Imanol
Alguacil, sí está poniendo palos en sus ruedas en su carrera hacia Europa.


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