A Joan Namay siempre le han gustado los videojuegos, sobre todo los de lucha. Jugaba con sus dos hermanos, pero con el paso del tiempo fue mejorando, conoció a la comunidad que hay detrás de esta modalidad de esports y comenzó a competir en torneos. Una afición que se costeaba él mismo y que compaginaba con su trabajo como vigilante de seguridad.
Pero todo cambió cuando salió Dragon Ball FighterZ, videojuego que supuso un boom en España, como él mismo ha explicado a Mundo Deportivo, y que se le daba especialmente bien. Tan bien que terminó fichando por GIANTS, consiguiendo patrocinios y viajando para competir en torneos de primer nivel. “Para mí es un sueño“, asegura este joven barcelonés, que pudo dejar su trabajo convencional para dedicarse enteramente a los esports.
Ahora, Shanks -así es como se hace llamar- es jugador profesional de Dragon Ball FighterZ, pertenece a los equipos de GIANTS y Red Bull y se enfrenta este fin de semana al mayor reto del sector: el Evolution Championship Series (EVO) de Las Vegas, considerado como las olimpiadas de los esports de lucha. En 2019, Shanks hizo historia, convirtiéndose en el primer español en entrar en el ‘top 8’ de la competición, en la que logró un cuarto puesto.
Después de dos años sin que se celebrara este mundial debido a la pandemia, Shanks ha vuelto a poner rumbo a la ciudad estadounidense para medirse con los mejores jugadores de su sector. Sobre su carrera, sus resultados y el EVO de Las Vegas hemos hablado en la redacción de este diario.