En el año 2005, la televisión se asomaba a los pasillos del Seattle Grace Hospital. Mientras las vidas íntimas y profesionales de su personal sanitario desfilaban ante los ojos de los espectadores, estos se engancharon y hoy, 17 años después, Anatomía de Grey sigue en activo. Así comenzaba la carrera televisiva de Shonda Rhimes (Chicago, 52 años). Llegó a ser la responsable de la producción de 70 capítulos al año para la televisión en abierto y series de su factoría, como Scandal o Cómo defender a un asesino, fueron grandes éxitos de audiencia. En 2017 dejó su acuerdo con la cadena ABC (propiedad de Disney) para firmar un contrato con Netflix por cinco años que, según los medios estadounidenses, superaba los 100 millones de dólares (87 millones de euros). En 2021, la plataforma se aseguró la presencia de la creadora en sus filas por otros cinco años más con una jugosa subida de sueldo: se calcula que ahora el acuerdo llega a los 150 millones de dólares (131 millones de euros).
Su productora Shondaland es la responsable de uno de los mayores éxitos de público en Netflix, Los Bridgerton, que lanza su segunda temporada el 25 de marzo. Antes, este viernes 11 de febrero, se ha estrenado ¿Quién es Anna?, su primera serie como creadora desde que lanzó Scandal, allá por 2012. ¿Quién es Anna? sigue la historia real de Anna Delvey (en realidad, Anna Sorokin), quien se hizo pasar por una rica heredera alemana para ganarse el favor de la alta sociedad neoyorquina y timar miles de dólares a particulares y empresas. Delvey defraudó unos 275.000 dólares a hoteles de lujo, bancos y amigos millonarios, por lo que fue a prisión. Salió en libertad condicional en febrero de 2021 y no tiene ninguna vinculación con la serie de Netflix. De su nueva creación y su trabajo televisivo habló Rhimes el jueves 3 con EL PAÍS por videollamada.
Pregunta. ¿Por qué eligió esta historia para su primera serie como creadora en una década?
Respuesta. Es una historia irresistible. Surge de un artículo escrito por Jessica Pressler [publicado en New York Magazine en 2018] y me emocionó en el mismo momento en el que lo leí. Podía imaginarlo en imágenes, con esos personajes, esas mujeres… Fue algo que no podía sacar de mi mente.
P. ¿Cuál ha sido el mayor reto que ha encontrado al narrarla?
R. Es una historia fascinante porque la escribimos mientras se desarrollaba. Nuestros guionistas empezaron a trabajar mientras tenía lugar el juicio, y luego llegó la pandemia. Así que un proyecto que empezamos a escribir creo que en 2018, no acabamos de grabarlo hasta 2020-2021. Nos llevó un tiempo completarlo: escribir algo mientras se desarrolla y luego parar por la pandemia y tener que volver a ponerlo en marcha hizo que el proyecto llevara mucho tiempo. El mundo estaba cambiando constantemente mientras lo hacíamos.
P. Han pasado 10 años desde su última serie como creadora, Scandal, ¿Por qué tanto tiempo?
R. Parece que ha pasado mucho tiempo, pero tienes que pensar que las series que he creado han durado mucho tiempo en antena. Scandal duró siete años. Anatomía de Grey todavía está en marcha. No tenía tiempo para crear nuevas series. Y luego llegó el traslado a Netflix, que fue un movimiento muy emocionante para nosotros, y lo primero que hice tras terminar Scandal fue centrarme en el que sabíamos que queríamos que fuera nuestro primer proyecto, que fue Los Bridgerton.
P. Ahora que ha desarrollado dos series para Netflix, ¿qué diferencias ha encontrado entre producir series para la televisión tradicional y hacerlo para una plataforma?
R. Estoy disfrutando un montón de las posibilidades que me ofrece el trabajo con Netflix. Hay un tipo determinado de series que puedes producir para un canal en abierto y tienes que seguir cierto tipo de reglas. Trabajas para una corporación. Y con Netflix, sientes que estás trabajando casi para una start-up. Y en una start-up tienen una mentalidad muy de “puedo hacerlo”. Hay mucho entusiasmo por contar historias y contar historias nuevas y ser versátil, y todo eso me encanta.
Como productora busco historias que yo querría ver
P. Su acuerdo con Netflix se anunció hace casi cinco años. Los Bridgerton se estrenaron más de tres años después y ahora llega su segunda producción para la plataforma, ¿Quién es Anna? Se toma su tiempo para crear y desarrollar series, al menos en comparación con otros productores y creadores…
R. Sí que me he tomado mi tiempo. Quería hacer un buen trabajo. Mi meta no era apresurarme y lanzar cosas ahí fuera, a la pantalla. Queríamos hacerlo bien y hacer series de las que estuviéramos realmente orgullosos. No digo que otra gente no esté haciendo lo mismo a un ritmo más rápido, solo que nosotros lo hacemos a nuestro propio ritmo.
P. ¿Qué busca en una historia para apostar por ella como productora?
R. Siempre busco historias que querría ver. Ese es el mejor barómetro que tengo para medir si una serie va a ser buena o no. ¿Quiero verla? Betsy Beers, mi socia en la producción, y yo siempre trabajamos con esa teoría de hacer series que querríamos ver. Los Bridgerton es algo que definitivamente querría ver. ¿Quién es Anna? es algo que sabía que querríamos ver.
P. Se la considera una de las mujeres más poderosas de la televisión. ¿Cuánto pesa ese poder en su vida?
R. Bueno, en realidad, no me considero una de las mujeres más poderosas de la televisión. Me he convertido en una de las personas [remarca la palabra persona] más poderosas de la televisión. No creo que haya diferencia entre lo poderosos que pueden ser un hombre y una mujer. Y no creo que eso pese en mi vida para nada. Es mi trabajo. Soy afortunada por tener este trabajo.
Cuanta más gente haya contando historias y cuantas más voces diferentes haya, mejor televisión se hará
P. Perdón por cómo formulé mi anterior pregunta, tiene razón. Le han preguntado en otras ocasiones por el hecho de ser mujer negra en un mundo de hombres blancos como era, y sigue siendo, el del guion y la producción audiovisual. ¿Cree que ha abierto camino a ese respecto?
R. No sé, espero que las puertas se hayan abierto, hay mucho espacio para que todo el mundo pueda hacer series y pueda contar sus historias. Está muy claro que cuanta más gente haya contando historias y cuantas más voces diferentes haya, mejor televisión se hará, y la gente está interesada en ver esas historias. Nadie quiere ver los mismos tipos de historias todo el tiempo.
P. ¿Cuál es la decisión de la que más orgullosa está de su carrera?
R. Creo que de lo que más orgullosa estoy es de haber elegido ser guionista. Creo que es lo que realmente soy, guionista. Ya sabes, también soy productora ejecutiva, hago otros trabajos, pero en mi corazón, siempre seré simplemente una guionista.
P. ¿Qué significa Anatomía de Grey en su carrera y qué ha aprendido en esa serie que haya aplicado a sus siguientes creaciones?
R. Diría que he aprendido todo en Anatomía de Grey. No había trabajado en televisión antes ni había creado nada. Fue mi primer trabajo en la televisión y aprendí a hacer televisión en Anatomía de Grey. Aprendí cómo dirigir una serie en Anatomía de Grey. Aprendí todo lo que sé de televisión en Anatomía de Grey. Me maravilla que todavía esté en antena y que aún funcione, que aún sea una de las series más vistas de su cadena y que los seguidores todavía respondan a ella, incluso que haya nuevas generaciones de fans que la descubran. Netflix ha hecho posible que las nuevas generaciones se sumen a la base de fans que la siguen semanalmente. Ya vamos por la segunda generación de fans, diría yo. ¡Tenemos a guionistas ahora en nuestro equipo que crecieron viendo Anatomía de Grey! Por eso siempre será una serie increíblemente especial para mí, me ha enseñado cómo hacer este trabajo.
Fui criada para no ver el fracaso como fracaso, está bien fracasar. Los fracasos simplemente son otra manera de aprender algo
P. ¿Cuál cree que es la razón del éxito de sus series?
R. No tengo ni idea, de verdad que no. No sería capaz de decirte por qué a otra gente le gusta ver mis series. Espero que sea porque contamos las historias de una forma honesta y porque creamos personajes que parecen reales y que viven vidas auténticas en situaciones muy complicadas que hacen que te veas obligado a verlas. Pero no pierdo mi tiempo pensando en por qué las ven, porque entonces me preocuparía, no creo que haya una fórmula. Simplemente, estoy muy contenta de que las vean.
P. Se le suele preguntar sobre el éxito. Pero ¿ha fracasado en algo en su carrera? Y si así ha sido, ¿qué ha aprendido de ese fracaso?
R. Lo realmente interesante para mí es que fui criada para no ver el fracaso como fracaso, con la mentalidad de que está bien fracasar. Los fracasos simplemente son otra manera de aprender algo. Nuestros mayores problemas llegan cuando miramos los fracasos como algo devastador, como un momento terrible. Creo que puedes tener éxito en algunas cosas y fracasar en otras, y eso está perfecto. Esos fracasos son formas de enseñarte cosas y darte lecciones de cómo mejorar y mantenerte humilde. Nadie es perfecto. Y si esperas serlo, vas por una carretera muy peligrosa.
¿”Placer culpable”? Siempre me ha parecido que esa definición es ligeramente insultante. No hay nada culpable en el placer
P. A veces sus series se relacionan con la etiqueta de “placer culpable”. ¿Qué opina de esa categoría?
R. No hay nada culpable en el placer. Siempre me ha parecido que esa definición es ligeramente insultante, porque sugiere que no deberías estar viendo esas series. Las nuestras las ven montones de personas. No sé por qué deberías sentirte culpable por ver algo y no sé por qué el placer debería hacerte sentir culpable. Es una frase que a la gente le gusta usar, pero todavía no he averiguado por qué.
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