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"Si empiezas a copiar a la gente, nunca serás mejor que ellos"

"Si empiezas a copiar a la gente, nunca serás mejor que ellos"

Max Verstappen, bicampeón mundial de F1, es el protagonista de uno de los números de la revista GQ dedicada a los Hombres del Año, que destaca a los deportistas, actores, diseñadores, directores, músicos, creadores de televisión, y otros hombres y mujeres que impulsaron la cultura en todo el mundo en 2022. Y en la entrevista concedida se sincera sobre el papel de su padre en la construcción y educación como piloto, su regreso a Drive to Survive de Netflix o sobre Michael Jordan.

Sobre el papel de su padre, el ex piloto de F1 Jos Verstappen, como entrenador destaca que: “Seguía jugando y divirtiéndome mucho, pero también necesitaba entender que era algo serio lo que hacíamos, porque estábamos trabajando para conseguir algo”, dice. “Por supuesto, de los 7 a los 11 años se intensificó bastante, pero él quería que yo estuviera allí para ver lo que hacía… Le veía quitar todo del kart y volver a ponerlo, para que yo entendiera la mecánica que había detrás. Todo este tipo de cosas que intentaba explicarme porque quería que entendiera que no es una broma, que no estamos aquí para divertirnos. Porque estamos trabajando para intentar llegar a la cima”.

Max recuerda que esa actitud marcaba la diferencia entre él y sus competidores. “Yo estaba mucho más metido en todo, me lo tomaba de una forma más profesional. Y eso venía de mi padre. De no ser por él, habría estado por ahí jugando y divirtiéndome. A mí me hace falta ese tipo de tesón”.

Verstappen, protagonista de la portada de GQ

Mikael Jansson/GQ

Sin embargo, Jos ha dejado una estela algo agitada a su paso. Además de las supuestas agresiones o violencia por su parte, tanto dentro como fuera de la pista, Jos también mantuvo un propósito que impregnó su relación con Verstappen durante sus días de karting. En la última carrera de la temporada de 2012, Jos había construido el mejor coche, y la cuestión no era si Max ganaría esa última carrera de la temporada, sino por cuánto. Max comenzó lento y necesitaba adelantar al líder, pero fue tras él demasiado pronto y con mucha agresividad, por lo que terminó chocándose. “Básicamente, la jodí”, dice de manera reflexiva.

En el viaje de vuelta a casa después de la carrera, Verstappen no paraba de hablar de su error y Jos estaba tan enfadado que le dejó en una gasolinera cercana. Jos acabó volviendo a recoger a Verstappen, pero no volvió a hablar con él en toda una semana. “No me habló durante al menos una semana. Estaba tan disgustado que no podía ni dirigirme la palabra. Me sentí fatal. Pero también me ayudó mucho, porque empecé a pensar más en cómo te puede afectar el resultado de una carrera y en cómo manejarlas mejor. Hay que tener más paciencia”.

“Ya sé que suena horrible. Seguramente habrá gente que no pueda con ese tipo de comportamiento, pero yo lo necesitaba. Supongo que tenía el tipo de carácter al que le hacía falta un tratamiento de ese tipo”. explica Verstappen.

La estrella de la Fórmula 1 ha estado ausente en una de las herramientas de marketing más esenciales para la F1, el documental de Netflix Drive to Survive. Verstappen optó por no participar en las dos últimas temporadas ya que no le gustaban las libertades que se tomaban fabricando dramas. Pero este verano, Max y Netflix parecían haber alcanzado una tregua.

“Está bien entender qué queremos los unos de los otros, ¿no?. Y creo que la entrevista que hicimos estuvo muy bien, así que… Me gustaría que fuera lo más real posible. Ya sabes, nada de movidas falsas, nada de rollos sobrevalorados. Porque yo no soy así. Quiero ir al grano, dar mi opinión y contar cómo veo las cosas. Claro que aún hay que ver el producto final, pero todo suena bastante bien”.

Pese a su frustración inicial con Drive to Survive, Max es fan de otros documentales sobre deportes de Netflix. Le gusta “ver cómo operan los demás”, me dijo. No sorprende que uno de sus favoritos sea El último baile (sobre la NBA). “Por supuesto, no todo es verdad al 100%, porque es un documental y muchas de las cosas se exageran”, dice. “Pero me gustó el espíritu de Michael Jordan, cómo metía caña y cómo quería ganar sobre todas las cosas”.

Por muy tentadoras que puedan ser las comparaciones con Jordan desde el punto de vista de la competitividad, sería un error pensar que Max quiere emular a alguien. Creció en una habitación, como muchos niños, forrada con pósters de pilotos en las paredes, sus héroes: “Nunca he admirado mucho a nadie. Tenía una reproducción en cartón a tamaño real de mi padre, de sus días en la F1. Nunca me dije: ‘Quiero ser como este tío’, ni nada parecido. Sólo quería ser yo mismo. Así es como mejor funciona. Si empiezas a copiar a la gente, sólo podrás ser tan bueno como ellos. Nunca serás mejor”




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