Si tu pareja te habla de esta manera, el ‘felices para siempre’ no es de verdad

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Dirías que la persona en la que te has fijado demuestra un interés latente por ti, pero decir que le gustas sería demasiado. Mira tus historias de Instagram y le da me gusta a tus fotos, pero no responde a tus mensajes. Te hace creer que le agradas lo suficiente como para quedar, ser pareja, pero al final siempre anula la cita. Te da una de cal y otra de arena. Genera cada vez más atención. Y te das cuenta de un patrón. Va dejando migas románticas para que le sigas la pista pero, en realidad, no quiere nada. Para entonces ya estás atrapada.

Si ya sabías lo que era que te hicieran ghosting, ahora has experimentado el breadcrumbing, otra estrategia que evitar en el ligoteo digital. El término significa “dejar migas de pan” en inglés, y evoca el cuento infantil Hansel y Gretel, en el que uno de los hermanos deja migas de pan por el bosque para no perder el camino de regreso a casa. Sin embargo, este término puede ser bastante más perturbador que el mítico relato de los hermanos Grimm. Según el glosario de léxico coloquial Urban Dictionary, “el ‘breadcrumbing’ es cuando alguien no tiene intenciones de llevar las cosas más lejos, pero le gusta la atención. Así que coquetea aquí o allá, envía señales de vida solo para mantener a la persona interesada, sabiendo muy bien que permanecerá soltero”. ¿A qué viene un juego tan despiadado?

Para comprender el cruel arte del breadcrumbing primero hay que identificar el perfil más dado a cultivarlo. No siempre es fácil. De hecho, uno mismo puede verse identificado tras un análisis honesto.“Son personas que sienten una necesidad de aprobación constante, necesidad de que alguien esté pensando en ellas, buscan alimentar su propio ego, son muy narcisistas. Hay personas que se levantan una hora antes de su hora habitual para mandar mensajes a toda la lista de personas que tienen activas y hacen un auténtico trabajo de ligoteo, así se mantienen entretenidas. Es un bálsamo contra la soledad. Aplicar el breadcrumbing es como un analgésico para aliviar el vacío”, explica la psicóloga Gabriela Paoli, autora del libro Salud Digital.

Por otro lado, existe el breadcrumber pasivo, según explica Paoli, que tiene comportamientos tan sutiles que se pueden confundir con simple timidez. “Son personas a las que les cuesta posicionarse, no son proactivos. Son individuos con baja autoestima, poca confianza en ellos mismos y no se animan a ser honestos y decir: ‘nos estamos conociendo, pero yo estoy en otro momento’, o ‘yo estoy buscando otro tipo de relación’, o ‘estamos en diferentes caminos’. Son personas que están a la espera de que el otro les deje, pero no se atreven a dejar de suministrar esas migas de pan románticas”. ¿Te suena?

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Un breadcrumbing puede ser bastante más cruel que un ghosting, término popular en las redes sociales para describir cuando alguien se esfuma de repente sin dar ningún tipo de explicación. Un ghosting al menos te proporciona una sensación de final y corta de raíz, sin embargo, un breadcrumbing deja a una persona preguntándose y esperando una relación que probablemente nunca llegará y esto afecta infinitamente más a la salud mental. “Es una forma de seducción peligrosa; está comprobado que ir suministrado esa miguita de pan de a pocos es una de las formas en las que el ser humano se engancha más. Las personas somos mucho más sensibles y apegadas ante lo variable que a lo constante”, dice Candela Molina, psicóloga coordinadora del centro psicológico Cepsim Madrid.

Por ejemplo, si te invitan una Coca-Cola todos los días esa bebida va a perder ese potencial para atraerte, en cambio, si te la suministran un día sí, tres días no, un mes sí, otro mes no, genera una sensación de necesidad. “La persona que es víctima del breadcrumbing sufre consecuencias parecidas a una adicción a una escala pequeña. Se crea una expectativa de que algo va a suceder, pero cuando eso no sucede comienza a incrementarse la angustia”, explica Molina. En pocas palabras: en el amor, como en la vida en general, lo que no puedes tener te termina por obsesionar.

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Las migas de pan también aparecen en el ámbito laboral. ¿Cuántas veces tu jefe te ha hecho promesas de crecimiento que nunca ha cumplido? Es posible que al inicio de tu trabajo actual tu superior te haya hablado de todas esas infinitas oportunidades disponibles para ti. Quizá te ofreció viajes, tal vez te juró que si alcanzabas determinados objetivos ganarías cierta cantidad de dinero, puede que te mencionara una atractiva paga extra de la que aún no se sabe nada. O en LinkedIn, cuando un perfil o una empresa mira constantemente tu perfil pero nunca se pone en contacto contigo, te hacen creer que les interesas pero nunca concretan una entrevista. Ilusiones vacías.

A las personas que detectan este problema en sus vidas, tanto Paoli como Molina les recomiendan que sean sinceras consigo mismas sobre lo que realmente desean para no caer en el Amor líquido del que hablaba el sociólogo polaco Zygmunt Bauman, que se basa en la fragilidad de los vínculos humanos y el miedo a establecer relaciones duraderas en un mundo en donde la rapidez es la base de todo. Ir con calma y no quemar etapas en las relaciones afectivas; atreverte a expresar tu descontento a la persona que te aplica un breadcrumbing (esto lo puedes aplicar en el ámbito laboral) y, sobre todo, basarse en los hechos más que en las palabras. “Estas nuevas formas de relacionarnos no pueden excluir la de quedar en persona. La interacción en internet solo debe ser el inicio, si no hay una interacción física es porque no hay un interés real, por lo que debes de continuar tu camino por otro lado y no mermar tu paz mental”, finaliza Paoli.


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