Sidenor parará su producción durante 20 días al cuadruplicarse los gastos de electricidad

Trabajadores de Sidenor en Basauri, en una imagen de archivo.
Trabajadores de Sidenor en Basauri, en una imagen de archivo.EL PAÍS

La planta principal que Sidenor tiene en Basauri (Bizkaia) cerrará al menos durante veinte días por la escalada del precio de la energía. La metalúrgica ha decidido este lunes parar su producción para frenar el impacto del elevado coste de la electricidad en su actividad. De pagar 60 euros por tonelada ha pasado a 200 euros. “Este nuevo aumento provoca pérdidas y hace imposible mantener el ritmo actual de producción”, ha comunicado la multinacional al comité de empresa. También les ha comunicado que “es la primera” de las medidas que se verá obligada a adoptar la firma si el problema persiste. La plantilla de Sidenor es de 1.600 trabajadores, de los que la mitad desarrollan sus labores en Basauri. El resto se reparte entre las plantas de Azkoitia, Vitoria y Reinosa.

El parón en la producción en la planta de Basauri “no soluciona el problema de fondo”, cita la firma en una nota que ha hecho pública, y reclama “otras medidas para solucionar el actual panorama de descontrol en los precios eléctricos”. El resto de plantas que la siderúrgica tiene en distintos puntos de País Vasco, Cantabria y Cataluña también pararán su actividad si el ritmo ascendente en el precio de la electricidad persiste. Será un cierre “progresivo”, precisa la empresa.

José Antonio Jainaga, presidente de la Asociación de Grandes Consumidoras (AEGE), apunta que las plantas españolas sufren la escasez de apoyo en comparación con el resto de competidores europeos, puesto que los contratos a plazo apenas cubren el 30% del consumo frente al 70% en Alemania o Francia. Jainaga ya esgrimió en septiembre lo que supone el precio ascendente de la electricidad, el cual asciende a 50 millones de euros. La solución se encontraría, como apuntó el presidente de AEGE a EL PAÍS, en copiar las mismas prácticas que Alemania y Francia, es decir, que las exenciones y las compensaciones lleguen al “máximo permitido”. Las eléctricas han informado, asimismo, de su intención de repercutir la penalización que les exige el decreto en la generación libre de emisiones. Todo ello se ve traducido en la reducción de su producción en las horas en las que los precios son más elevados.

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La metalúrgica, líder española en la fabricación de aceros especiales largos para distintos usos industriales y uno de los mayores centros de I+D+i, defiende que ya tenían pactada la venta a un precio y que con esta medida se ha desequilibrado el contrato, lo que ha repercutido en un “caos” que ha llevado a la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica del Gobierno de España, Teresa Ribera a replantearse la normativa vigente. En una reunión mantenida el pasado junio con UGT, USO y CCOO, el grupo decidió aumentar su plantilla debido al incremento de la cartera de pedidos. El parón en la producción en la planta de Basauri constituye, por lo tanto, un importante frenazo en la facturación que, en 2018, se situó en 807 millones de euros, casi un 22% más que el mismo ejercicio del año anterior.

Después de conocerse que la acería vasca Sidenor haya decidido parar la producción de su planta principal de Basauri (Bizkaia) ante el “desorbitado” precio de la electricidad, el Gobierno vasco ha adelantado que el próximo viernes convocará a una reunión a representantes de los sectores industriales. Dos días antes, el miércoles, el Ejecutivo vasco aprobará una serie de medidas para reducir el precio de la energía que va a comunicar al Gobierno de Pedro Sánchez.

Ampliación de contratos

El Gobierno tiene la preocupación fundada de que el caso de Sidenor sea el primero de una cadena de paralizaciones de la industria electrointensiva (siderurgia, aluminio, cementeras…) por precios “insoportables”. Por ello, apoya sin fisuras la oferta que han empezado a hacer las grandes eléctricas a sus principales clientes para aumentar la duración de los contratos.

Hasta la fecha los contratos suelen ser de un año y se alargan como mucho a dos, siempre a conveniencia de suministrador y suministrado. Ahora las eléctricas están ofreciendo, y no solo a los clientes electrointensivos, ampliar esos contratos hasta cinco años. El objetivo, según han confirmado fuentes del sector, es evitar que los clientes reciban unas facturas sobrecargadas como consecuencia de repercutir el coste que supone la excesiva subida del precio de la electricidad en el periodo actual del contrato. Si se amplía a cinco años, como pretenden, esa carga se diluye en más tiempo, se hace menos onerosa y más llevadera.

Esta posibilidad de negociar no está sujeta al mercado regulado, si no que forma parte del mercado libre en el que las eléctricas fijan un precio convenido con el cliente. En dicho mercado están todos los grandes clientes con consumos altos (en general, todas las empresas); pero también pequeños consumidores. Para ellos las compañías han lanzado ofertas de precios fijos con el objetivo de pescar consumidores del mercado regulado con tarifa PVPC (supone en torno al 30% del total), la cual oscila según el movimiento de los precios de la electricidad. En ese sentido, Endesa ha ofrecido 58 euros por MWh; Naturgy lo fija en 60 euros por MWh e Iberdrola ha ofertado planes personalizados.


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