WASHINGTON – Uno de los asaltantes que participó en la insurrección en el Capitolio el 6 de enero de 2021, fue sentenciado el miércoles a siete años en una prisión federal.
Christopher Alberts tenía un arma oculta mientras dirigía a una turba que invadió a la policía en los escalones de la sede del Congreso.
El partidario del expresidente Donald Trump, de Maryland, fue declarado culpable de nueve cargos en abril. Esto, después de testificar que “el instinto se apoderó” de él cuando atacó a la policía con una plataforma de madera durante el ataque al Capitolio. Fue sentenciado por el juez federal de distrito, Christopher Cooper.
Alberts, quien dijo al jurado que “sentía que se trataba de una elección fraudulenta”, en referencia a las comicios presidenciales de 2020, cuando Trump perdió la reelección ante el hoy presidente, Joe Biden, fue uno de los pocos atacantes que en realidad fueron arrestados el 6 de enero.
Si no hubiera sido detenido ese día, quizás los investigadores federales nunca se hubieran dado cuenta de que tenía un arma durante el ataque al Capitolio.
Nunca se sabrá el número total de armas que había entre la turba ese día, pero otros acusados admitieron que estaban armados.
Entre ellos, se encuentra Mark Mazza, que portaba dos armas de fuego y recibió una condena de cinco años en una prisión federal cuando fue sentenciado el año pasado.
Guy Reffitt, un atacante del 6 de enero que subió las escaleras junto a Alberts y fue el primero relacionado con ese evento en ir a juicio, también tenía un arma y fue sentenciado a más de siete años en una prisión federal.
Los fiscales habían pedido 10 años en una prisión federal para Alberts, argumentando que atacar la línea policial mientras estaba armado y usando un chaleco antibalas de metal y una máscara antigás merecía una sentencia significativa.
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