La tercera marcha anual por los derechos de las mujeres llegó a Washington este sábado en medio de la amenaza de una tormenta invernal, un ambiente político controversial y el cierre gubernamental más largo en la historia de Estados Unidos.
La primera Marcha de las Mujeres en 2017 atrajo a cientos de miles de manifestantes; el tamaño exacto de la participación todavía está sujeto a un debate políticamente cargado, pero en general se considera la protesta más grande de Washington desde la era de Vietnam. Este año, los organizadores presentaron una solicitud de permiso que estimaba hasta 500,000 personas, pero se espera que la participación real sea mucho menor. Marchas paralelas se llevarán a cabo en docenas de ciudades alrededor del país.
Los organizadores originalmente habían planeado reunirse el sábado en el National Mall, pero debido a que la previsión era de nieve y lluvia helada el sábado y el Servicio de Parques Nacionales ya no estaba removiendo nieve de las calles, la ubicación de la marcha y la ruta se modificó esta semana para comenzar en Freedom Plaza y bajar por Pennsylvania Avenue pasando el Trump International Hotel.
La marcha de este año también se ha visto afectada por un intenso debate ideológico. En noviembre, Teresa Shook, una de las fundadoras del movimiento, acusó públicamente a los cuatro líderes principales de la organización nacional de marcha contra el antisemitismo. Esta acusación fue dirigida específicamente a dos líderes: Linda Sarsour, una estadounidense de origen palestino con una larga historia de crítica de la política israelí, y Tamika Mallory, que ha mantenido una asociación de larga data con el líder de la Nación del Islam, Louis Farrakhan.
A Shook, un abogado retirado de Hawái, se le ha atribuido la chispa de todo el movimiento al crear un evento en Facebook que se volvió viral y se convirtió en una bola de nieve en la protesta masiva del 21 de enero de 2017. En una publicación de Facebook, afirmó que Sarsour y Mallory, junto con sus compañeros organizadores Bob Bland y Carmen Pérez, habían “alejado al Movimiento de su verdadero rumbo” y pidió a los cuatro que renunciaran.
Los cuatro organizadores de la marcha han negado el cargo, pero Sarsour ha expresado públicamente su pesar por no haber sido “más rápidos y claros para ayudar a las personas a entender nuestros valores”.
A pesar de los pedidos de unidad, una marcha de mujeres alterna ha surgido en protesta y se llevará a cabo en Nueva York el sábado, a pocas cuadras de la protesta oficial de la Marcha de Mujeres de Nueva York.