Las réplicas de los grandes sismos de la semana pasada siguen afectando el desierto de California, pero las probabilidades de que ocurran fuertes temblores han disminuido, de acuerdo con sismólogos.
El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés) dijo que la probabilidad de que un terremoto mayor a 7.1, como el del 5 de julio es de menos de 1%, y que la probabilidad de uno de magnitud 6 o más bajó a 6%.
El movimiento telúrico del viernes fue posterior a otro de magnitud 6.4. Ambos tuvieron su epicentro cerca de los poblados de Ridgecrest y Trona, en el desierto de Mojave, los cuales sufrieron grietas en los edificios, caminos bloqueados y varios incendios en viviendas.
Trona, donde viven unas 1,800 personas, se quedó sin energía eléctrica hasta el lunes y el miércoles aún no tenía agua corriente.
Esa fue una gran preocupación para cientos de habitantes que se reunieron en el atestado ayuntamiento para escuchar la información actualizada de las autoridades sobre las labores de recuperación.
Se han entregado camiones de agua potable. Pero no hay agua para uso doméstico, incluida la destinada a enfriadores, un artículo necesario en medio de las altas temperaturas del desierto.
“En mi casa hace un calor de 93 grados” Fahrenheit, declaró el residente Jonathan Schmid a KCBS-TV.
Carl Bates, quien también vive en Trona, dijo que su tanque de agua ya no tiene líquido.
“Pero tenemos mucha agua embotellada que nos están enviando”, declaró a KABC-TV. “Todo el mundo ha estado donando bastante a nuestra comunidad. Eso nos ayuda. Nos estamos manteniendo vivos con agua para beber”.
Se han traído también duchas y baños portátiles, y las cuadrillas de reparaciones han estado trabajando las 24 horas.
Las autoridades dicen que se requerirá tiempo para que el poblado se recupere completamente.
“Creo ciertamente que se llevará un rato”, dijo Robert Lovingood, presidente de la Junta de Supervisores del condado San Bernardino. “Vamos a continuar hasta que todo esté funcionando de nuevo”.
Algunas personas no podían ocupar sus viviendas debido a los daños.
Ronnie Tolbert, de 60 años, le dijo al periódico Los Angeles Times que duerme sobre colchones afuera de su garaje.
El financiamiento para la recuperación ha estado llegando. El presidente Donald Trump declaró el lunes una emergencia en California debido a los terremotos, lo que preparó el terreno para la llegada de ayuda federal.
“Está avanzando rápidamente, al punto en el que estamos empezando a recibir mucho más recursos que necesitamos para ayudar a reconstruir”, declaró el residente Jonathan Schmid al Times.