Zidane ha recibido con resignación la noticia de que la lesión de Hazard es lo suficientemente grave y ‘compleja’ como para que no vuelva a jugar en lo que queda de año y por lo tanto no estará el 18-D en el Camp Nou. Desde ya el técnico busca variantes al belga y estas pasan, incluso, por un cambio de sistema. Tres partidos por delante (Espanyol, Brujas, Valencia) para ver detalles y, sobre todo, para medir el estado de forma, tanto física como anímica, de los posibles relevos. Dentro del 1-4-3-3 habitual, varias soluciones. La más natural: Isco-Benzema-Bale o Bale-Benzema-Isco. Sin descartar la opción: Rodrygo-Benzema-Bale. Incluso la entrada de Vinicius, que va a tener más minutos en estos encuentros, en la banda izquierda en perjuicio de su compatriota.
La alternativa de recuperar el 1-4-4-2 en rombo suena bien. Así no se sacrifica ni a Valverde, ni a Kroos, ni a Modric, que ha recuperado el nivel. Los tres en el once con Casemiro de escudero de todos y Bale y Benzema en la punta, más centrados. Las bandas, para los laterales. Sin Marcelo, Mendy ofrece garantías, sobre todo defensivas, y hay que tener bien presente que Messi ocupa de arranque esa misma zona.
Sea como fuere, perder a Hazard cuando comenzaba a ser Hazard es un contratiempo para el técnico y para el equipo. El belga es un jugador de partidos cumbre.
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