Cuando ya han pasado casi quince días de la finalización del campeonato de LaLiga Smartbank (domingo 30 de mayo) y también a unas tres semanas de la vuelta a la actividad (4 de julio), el Espanyol no ha hecho ningún movimiento significativo en el capítulo de mercado de cara al curso 2021-22.
Sí se han confirmado tres altas que ya estaban estipuladas por contrato. Dimata, Miguelón y Vadillo han pasado a ser propiedad del club perico tras hacerse efectiva de forma automática, la cláusula que constaba en sus respectivos contratos de cesión: si se subía a Primera, eran jugadores pericos de facto.
También han regresado Víctor Gómez y Moha a la disciplina blanquiazul tras acabar sus cesiones en el Mirandés.
Al margen de dichos movimientos, nada más. Y no es que la dirección deportiva no haya hecho los deberes y tengan muy claro, tras consensuar con Vicente Moreno, qué posiciones de la actual plantilla se deben reforzar sí o sí. Existe ya una preliminar hoja de ruta en cuanto a posible altas y bajas.
Pero, por ahora, el club catalán no ha movido ficha a la hora de apuntalar la plantilla de cara al regreso a Primera División. ¿Por qué? Según explica La Grada, el Espanyol aún no conoce los números oficiales que le ha de proporcionar LaLiga para gestionar el límite salarial. Ni el Espanyol ni ningún otro equipo, por lo que no pueden ‘maniobrar’ ni ejecutar con todas las cartas sobre la mesa.
A raíz de las restricciones impuestas por la crisis derivada de la pandemia, cada equipo de LaLiga tiene una saldo positivo o negativo que ha de compensar antes de inscribir las nuevas incorporaciones. El Espanyol y todos los clubs, ante esta situación, tiene, una cifra que le proporciona LaLiga. Y con ella sobre la mesa, presumiblemente un saldo negativo, moverá ficha.
Además, para rizar el rizo, el Espanyol también está pendiente de la ampliación de capital que llevará a cabo el presidente Chen y que se presentará en la asamblea del día 21.
Source link