Sin noticias de las renovaciones en Ipurua


Prácticamente sin darnos cuenta, ya han pasado más de dos meses desde que estalló la crisis sanitaria. En todo este tiempo, el trabajo en los despachos de Ipurua no se ha interrumpido, aunque a día de hoy todavía no asoma ninguna noticia sobre la catarata de asuntos que la dirección que comanda Fran
Garargarza tiene sobre la mesa. Varias piezas básicas del proyecto del Eibar aún no han sellado su renovación y, aunque las conversaciones llevan tiempo en marcha, las fumatas blancas se están haciendo de rogar. Sin embargo, no todo serán alegrías, ya que la puerta de salida se le abrirá a más de uno antes del 30 de junio.



Para empezar, la propia continuidad del principal responsable del organigrama deportivo del club sigue sin estar atada, aunque el de Mutriku siempre ha mantenido la incertidumbre y la tranquilidad incluso hasta después de que expire su contrato. Sin ir más lejos, ya el año pasado ofreció una comparecencia como director deportivo del Eibar en los primeros días de julio, sin haberse hecho oficial una continuidad que se anunció el día 9.

Pero, al margen de Garagarza, hay otro pilar fundamental en el club que aún no ha firmado la renovación. Y éste no es otro que José Luis Mendilibar, quien ya ha avanzado su predisposición a continuar en un banquillo en el que lleva sentado cinco temporadas. El de Zaldibar está encantado en Eibar, el club ha encontrado a un entrenador idóneo que encaja con su filosofía y se entiende que es cuestión de días, quizá cuando las aguas bajen más tranquilas, que se haga oficial la noticia de su continuidad.

Mientras tanto, en la plantilla hay un total de seis jugadores cuyo futuro no está ligado al Eibar más allá del 30 de junio. El acuerdo de Ramis, Escalante, Pedro
León, Orellana, De
Blasis y Charles expira dentro de poco más de un mes y solo el destino de Escalante parece determinado, ya que el pivote argentino tiene un acuerdo cerrado con la Lazio, con quien ya pasó los reconocimientos médicos pertinentes hace unos meses.

En el resto de casos aparecen las incógnitas. A Ramis, con 35 años y castigado físicamente, ahora se está recuperando de una artroscopia realizada en febrero, parece que se le ha acabado el crédito en el club, que tiene bien cubiertas las espaldas en caso de que el balear se marche. Pedro
León, una figura muy ligada a Mendilibar, parece ser el que tiene su futuro más ligado al Eibar una vez se ha recuperado completamente del calvario de los últimos años. A pleno rendimiento, el de Mula es un fijo en los esquemas del técnico vizcaíno.

El caso de Orellana, con 34 años, es el que más incertidumbre genera, no solo por su peculiar forma de ser sino porque habría recibido cantos de sirena desde el Betis o Sevilla. El atacante chileno, que ha pecado de cierta irregularidad, podría cerrar su etapa de dos temporadas y media en Ipurua.

La edad también puede jugar en contra de Charles, con 36 años recién cumplidos y menor protagonismo esta temporada. En idéntica situación se encuentra un Pablo
de
Blasis al que la competencia le ha mantenido en un segundo plano esta campaña.


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