¿Sirve la regla de los 5 segundos para la comida que se cae al suelo?

Seguro que en alguna que otra ocasión se te ha caído algo que estabas comiendo al suelo y alguien te habrá hablado de la llamada «regla de los 5 segundos»; una regla que implica poder comer lo que se ha caído al suelo si lo recogemos antes de que pasen cinco segundos, pero ¿es cierta esta «leyenda»? ¿qué opina la ciencia al respecto? las respuestas a estas preguntas puede que te sorprendan.

¿Podemos comer los alimentos que se han caído al suelo siguiendo la «regla de los cinco segundos»?

regla de los 5 segundos

La «regla de los 5 segundos» con respecto a la comida tiene que ver con el hecho de no dejar que esta pase más de esos cinco segundos en el suelo si se nos cae, pero ¿alguien se ha molestado en validar esta declaración? Pues la verdad es que sí, se realizó un estudio al respecto por lo que definitivamente podemos responder a esta pregunta dado que la afirmación no es del todo incorrecta, pero tampoco es del todo cierta.

Los estudios sobre la regla de los 5 segundos

Para comprender el vínculo entre las bacterias y el tiempo relacionado con los alimentos que caen accidentalmente al suelo, Jillian Clarke , estudiante de la Universidad de Illinois , realizó una serie de experimentos.

Y en 2003 su compromiso se vio recompensado, dado que la estudiante recibió el Premio Nobel de Investigación. La alumna recogió sus experimentos en un estudio titulado: «Primero hace reír a la gente y luego les hace pensar”.

Su estudio incluyó experimentos con diferentes alimento, los cuáles se dejaron caer caramelos y galletas en el suelo recién barrido y allí se dejaron  por un período de tiempo variable para luego analizar con qué seres patógenos habían entrado en contacto estos alimentos.

Al observar los alimentos bajo un microscopio, la estudiante determinó que la contaminación de los alimentos ocurre en menos de 5 segundos. De hecho, en menos de 5 segundos los alimentos podrían contaminarse con patógenos capaces de causar enfermedades gastrointestinales, gastroenteritis, infecciones del tracto urinario e incluso meningitis.

Unos años después de la publicación de este estudio, otro equipo de investigadores decidió investigar la cuestión , realizando algunos cambios. El suelo sobre el que se dejó caer la comida jugó un papel fundamental. Se prestó especial atención al examen de las diferencias en el suelo, parquet o moqueta.

El resultado fue sorprendente. La alfombra resultó ser el suelo más contaminado de todos, capaz de contaminar un alimento mucho más rápidamente que otras superficies como el parquet o las baldosas.

Pero la contaminación no solo dependería del tipo de superficie del suelo, la textura también parece jugar un papel clave.

Tras estos dos estudios se realizó un tercero, esta vez teniendo en cuenta nuevos factores, pero sobre todo nuevos alimentos .

En esta ocasión se examinó la consistencia de los diferentes alimentos: pan, pan con mantequilla, caramelos de gelatina o incluso sandía, se dejaron caer sobre acero inoxidable, baldosas, madera y alfombra.

Al dejar caer los alimentos, se confirmó la sospecha de los investigadores convencidos de que la consistencia afectaba la contaminación de los alimentos. Con los resultados de los análisis, llegaron a la conclusión de que cuanto más húmedo está un alimento, más rápidamente se contamina.

La sandía se contaminó en menos de un segundo, y esto se debe a que la humedad favorece el movimiento de bacterias.

En conclusión, ¿la regla de los 5 segundos es válida o no?

En palabras de los investigadores, la respuesta a esta pregunta es la siguiente: “Aunque la regla de los cinco segundos es ‘real’ en el sentido de que un tiempo de contacto más largo ha llevado a una mayor transferencia, también muestra que otros factores, incluida la naturaleza la comida y la superficie son de igual o mayor importancia. La regla de los cinco segundos es una simplificación excesiva de lo que realmente sucede cuando las bacterias se mueven de una superficie a un alimento. »

El tema ha seguido interesando particularmente a la comunidad científica que al no estar del todo satisfecha con el resultado de los primeros estudios, realizó un nuevo estudio en, 2017  que fue supervisado por el científico Anthony Hilton.

En esta ocasión los análisis se realizaron analizando diferentes tipos de alimentos, con distintas consistencias, que caían en las cocinas y salones de 40 viviendas de la ciudad de Birmingham , Inglaterra. También dentro de este estudio, las superficies de los suelos de estas casas eran variadas, desde parquet hasta las alfombra.

De los análisis realizados en esta ocasión se desprende que alimentos como lasaña o los caramelos de gelatina habían sido los más contaminados al permanecer más tiempo en el suelo, mientras que las galletas o el chocolate parecían haber sido contaminados por menos bacterias, incluso después de permanecer en el suelo durante varios minutos.

Además, el académico Hilton hizo una observación importante respecto a la posibilidad de enfermarse tras ingerir un alimento que ha caído al suelo:

Obviamente, los alimentos cubiertos de suciedad visible no deben comerse, pero mientras no estén visiblemente contaminados, la ciencia muestra que es poco probable que estos alimentos hayan contraído bacterias peligrosas al entrar en contacto durante unos segundos con un piso interior. »

De hecho, el sentido común nos guía en esta dirección porque aunque se nos ocurra recoger un alimento que se ha caído al suelo, lo lavemos y nos lo comamos, la idea de recoger un alimento que haya caído a la calle es algo que no suscita tanta polémica, dado que por norma general nadie recogería y se comería cualquier cosa que vaya comiendo por la calle. Evidentemente, porque las personas que pisan el suelo de la casa son mucho menos que las que potencialmente pisan una acera.

En definitiva, al agrupar los resultados de todos estos estudios, podemos afirmar que la regla de los cinco segundos se puede considerar válida en el sentido de que al recoger los alimentos que han caído en la casa, ciertamente no se corre el riesgo de morir por intoxicación alimentaria, pero en cualquier caso siempre es mejor utilizar el buen sentido.


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