El jugador de los Celtics no estuvo atinado y pudo evitar una sanción grave
Marcus Smart perdió la cabeza y, por suerte, la precisión. En una disputa en una acción contra Caleb Martin en el Heat-Celtics de anoche, el base de Boston intentó propinarle un puñetazo al jugador de Miami.
Sin embargo, no atinó y pegó un golpe al aire. Pese a sus intenciones, los árbitros decidieron no sancionarle ni con una flagrante 1 tras revisar la jugada. Entre el fallo y la vista gorda de los colegiados, Smart, viva imagen de la frustración de los Celtics, estuvo de suerte.
Según publicó un usuario en Twitter, el base reflejó su impotencia también en palabras: “¡Os ganamos el año pasado! ¡Para de hablar mierdas!”, chilló, mientras Jimmy Butler no podía creer lo que veía: “¡Necesitan ayuda!.
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