Lo intentaron dos veces tanto Jayson Tatum como Marcus Smart. Primero fue el escolta, que se retiró muy dolido tras torcerse el tobillo y recibir el impacto del cuerpo entero de Kyle Lowry sobre la pierna nada más empezar el tercer cuarto. Entre gritos que se pudieron apreciar desde la retransmisión, el Mejor Defensor del Año se retiró hacia los vestuarios sin apoyar la pierna derecha.
Por sus gestos de dolor, parecía que su noche estaba terminada, pero no. Ante la sorpresa de todos, Smart se probó en el túnel y comprobó que no era para tanto, así que regresó al cabo de pocos minutos junto a sus compañeros, levantando a las gradas como en su momento lo logró Paul Pierce, célebre por su partido de la silla de ruedas en unas Finales de la NBA contra Los Angeles Lakers.
Los Boston Celtics tuvieron su remake de esa jugarreta por partida doble anoche, y es que Jayson Tatum también hizo su versión en los minutos finales del último cuarto. Mientras Smart si logró levantar al graderío y dar una chispa de energía a su equipo, el alero y referente del equipo no logró dar un vuelco a su sombrío partido.
Sin duda, el efecto dramático de sus lesiones no tuvo nada que ver con lo que hizo Pierce, a quien todavía le recuerdan un gesto que tan solo puede calificarse como teatro del bueno. Para quienes no conozcan la jugada, aquí va un resumen de lo ocurrido en 2008 durante el primer partido de las Finales de la NBA: