Cuando se pone el traje de piloto, los vendajes que luce en las muñecas no son por superstición. Tienen una razón de ser y esconden el secreto mejor guardado por el asturiano durante casi dos meses. Pilota con dolor. El ovetense está lidiando con este mal acompañante en su Alpine A522 desde que sufrió un fuerte accidente en plena Q3 del GP de Australia de F1, en clasificación. Aquel día, el español aseguró que podía haber luchado por la pole o por lo menos por la primera fila. De hecho su tiempo así lo indicaba en el primer sector. Sin embargo, un problema con una junta tórica hizo que su coche se apagara y Fernando, sin poder reducir marchas, se fue fuera de la pista a alta velocidad y se dio un fuerte impacto contra las protecciones.
El piloto de Alpine, que en julio cumplirá 41 años, tenía vendajes en ambas muñecas después del Gran Premio de Mónaco del domingo y dijo a los periodistas que eran consecuencia de su accidente en Melbourne.
La ‘on board’ de aquel accidente muestra claramente como Fernando intentó corregir la trazada de su coche una vez entró en la grava y no dejó de insistir, impactando contra el muro cuando aún estaba sujetando el volante. Eso hizo que Fernando Alonso se hiciera daño en los brazos, ya que en ese mismo instante, el ovetense parecía darse cuenta y abría y cerraba las manos para comprobar su estado.
“Todavía es por Australia”, comentó al ser preguntado en ‘The Race’ por los vendajes que lucía en el GP de Mónaco, donde fue 7º.
“Huesos, ligamentos, tendones, todo es un desastre en este momento”, añadía sobre la causa de las vendas. “Necesito dos o tres meses y no hay cirugía, nada que puedas hacer. Solo descansar. Lamentablemente, cada dos semanas tengo que pilotar (en el calendario hay 22 carreras este año), así que trato de descansar en casa, pero esto me llevará algunos meses”, apuntó sobre cuando prevé estar recuperado del todo de dichas dolencias.
Las manos y los brazos son esenciales para cualquier piloto. Cada domingo de carreras deben pilotar durante más de 300 kilómetros a toda velocidad, con una gran exigencia física, y a su vez, con la necesidad de ser lo más constante posible en los tiempos vuelta a vuelta. Fernando debe hacerlo con dolor.