“No podemos permitirnos estar nerviosos”, aseguró el lunes Luciano Spalletti. Sus jugadores captaron el mensaje, pero el entrenador del Nápoles no da aún por decidida la eliminatoria de octavos de la final de la Champions League tras el triunfo por 0-2 cosechado en Frankfurt ante el Eintracht.
“Necesitamos mantener la calma, mucha calma. Todavía queda el partido de vuelta. Nuestro mayor enemigo es pensar que está hecho”, aseguró Spalletti.
Pese a los apuros que pasó el Nápoles en los primeros minutos con la presión asfixiante del Eintracht, Spalletti destacó que “el equipo lo hizo bien desde el principio, especialmente contra un equipo que sabe tácticamente qué hacer, con esa fuerza en el centro del campo”.
La clave, según el entrenador del Nápoles, fue que “necesitábamos mantener la posesión y presionar alto. Ha sido un partido de área a área, que era lo que queríamos”.