Stefano Pioli nunca había ganado un título como entrenador cuando en octubre de 2019 recibió la llamada del Milan para sustituir al destituido Marco Giampaolo. Con el ‘scudetto’ logrado hoy, dos años y medio después, estrena al fin su palmarés.
Un éxito que lleva consigo el reconocimiento unánime a la apuesta de Pioli por un fútbol atrevido pero sobre todo a su manera de gestionar un vestuario con talante dialogante y también al entorno con una imagen sobria y tranquila, alejada de la polémica y la provocación. Un estilo de ver y vivir el fútbol que en Italia le ha llevado a ser comparado con el mismísimo Carlo Ancelotti.
Recoge el testigo de Massimiliano Allegri
Pioli recoge el testigo de Massimiliano Allegri, el entrenador que había llevado al Milan a ganar su anterior ‘scudetto’ en 2011. Ahora todo son elogios para este técnico de 56 años nacido en Parma, pero desde su llegada no lo ha tenido fácil.
La afición del Milan ya no le recibió bien por haber dirigido entre noviembre de 2016 y mayo de de 2017 al Inter, del que además desde muy pequeño era aficionado por tradición familiar.
La racha post-pandemia le salvó
Pioli acabó la Serie A en sexto lugar en su primera temporada, la 2019-20, y clasificó al Milan para la Europa League tras mantenerse invicto en las 12 jornadas finales desde que el campeonato se reanudó aún bajo los efectos de la pandemia de Covid-19. Una racha que disuadió a la directiva de contratar al alemán Ralf Rangnick, tras tenerle prácticamente contratado, y renovar el contrato.
Pioli ha sabido gestionar con maestría los momentos críticos y la pasada temporada, la 2020-21, llevó al Milan al subcampeonato por primera vez desde 2012 y, sobre todo, le devolvió a la Champions League tras siete años de ausencia.
Testigo de la tragedia de Heysel
Ahora, con la conquista del ‘scudetto’, este admirador de Pep Guardiola culmina una extraordinaria temporada y obtiene la recompensa tras una trayectoria en el fútbol con episodios traumáticos que le han servido de experiencia para forjar su personalidad.
El 29 de mayo de 1984, con apenas 20 años, Pioli vivió in situ la tragedia del estadio de Heysel en Bruselas que precedió a la final de la Copa de Europa entre Liverpool y Juventus, de cuya primera plantilla formaba parte aunque no fue convocado debido a una lesión. Desde la grada asistió a los incidentes en que fallecieron 39 aficionados, en su mayoría italianos, tras una avalancha de seguidores ingleses en las gradas.
La traumática muerte de Davide Astori
Otro momento muy duro lo vivió siendo entrenador de la Fiorentina, a cuyo banquillo llegó en junio de 2017, cuando el 4 de mayo de 2018 tuvo que comunicar a sus jugadores el fallecimiento repentino del capitán Davide Astori por un paro cardiorrespiratorio mientras dormía en un hotel de Údine, donde el equipo estaba concentrado antes del partido.
“Esa tragedia me hizo darme cuenta de que los futbolistas están por encima de todos los hombres. Pasé todos los meses siguientes ayudándolos a procesar esa desaparición”, recuerda Pioli.
Por cierto en Florencia, donde es un ídolo, tuvo la personalidad de dimitir como entrenador del equipo viola en abril de 2019 después de que la directiva encabezada por el presidente Andrea Della Valle criticara públicamente su forma de trabajar a través de un comunicado. Antes, además del Inter, había dirigido al Lazio, su primer gran club, entre 2014 y 2016.