El Dakar 2022 ha comenzado y con él han empezado también el juego y la estrategia. De entre todos los protagonistas, sobresale la figura de un calculador Stéphane Peterhansel, cuya experiencia le ha exigido cautela en este arranque de carrera, que ha concluido con el 14º mejor tiempo y saldrá segundo a la especial de este domingo. Sus rivales Nasser Al-Attiyah y Carlos Sainz han tirado de velocidad, como acostumbran, para iniciarse con buenas sensaciones. Aunque ello les pueda suponer alguna dificultad en las próximas horas si encuentran demasiado polvo por delante.
El más rápido no siempre es el que más tiene que celebrar en el Dakar. Puede que sí lo fuera esta vez, cuando la victoria se premió con una posición de salida considerablemente retrasada. La primera etapa, este sábado camino de Hail, con una especial corta, de tan solo 19 kilómetros, mostró a los participantes los primeros cordones de dunas. Pero la mayor dificultad de este prólogo no estaba en el terreno, sino en la capacidad de cada uno de correr sin correr demasiado. No era lo más deseable terminar con el mejor crono, pero tampoco caer más allá del 15º puesto.
Las condiciones para esta jornada inicial, a la que la organización le ha dado el nombre de etapa 1A (porque habrá una etapa 1B este domingo), eran especiales: los primeros 15 clasificados de cada categoría verán cómo este sencillo prólogo decide su posición de salida para el día siguiente. Pero no se premia al ganador, sino al mejor estratega. Pues la formación se estipula por orden inverso de llegada a meta, de modo que el ganador saldrá en la 15º posición. De ahí la estrategia de Peterhansel, que será el segundo en tomar la salida este domingo, en una etapa en bucle en torno a Hail (333,18 km), en el norte de Arabia Saudí, con un 27% de dunas y mucha más arena y pistas.
“En la salida de la especial, cuando hemos visto el resultado, nos hemos emocionado. Llevamos trabajando meses y meses. Hemos avanzado en la especial muy despacio y en silencio. Queríamos evitar llegar entre los diez primeros, he avanzado realmente muy despacio”, declaró el francés, que en la última edición de la prueba alzó su 14º Touareg. Compañero de equipo de Sainz con un Audi híbrido que empieza a rodar por el desierto con soltura, el veterano piloto se mostró entusiasmado con el rendimiento de su vehículo: “Es un coche muy agradable de conducir. El placer en la conducción es muy importante. Se confirma todo lo constatado en las pruebas y ha superado bien las dunas, lo que resulta positivo”.
Aunque 19 escasos kilómetros no dan para analizar todavía el rendimiento (y sobre todo la fiabilidad) del Audi, Sainz sí estuvo contento con su estreno: pudo terminar muy cerca (a once segundos) de Al-Attiyah (Toyota), el hombre más rápido del día en coches, que dejó la estrategia para otras jornadas más complejas. Ganador de seis etapas en la última edición, el catarí es el gran favorito en este 2022. Y no deja espacio a la especulación. Lo mismo que el madrileño. “Mañana empieza lo serio”, declaró. Nani Roma terminó séptimo, a 49 segundos.
Triunfo de Daniel Sanders
En motos, la categoría en la que realmente se acusa el honor de abrir pista, los favoritos optaron por no forzar demasiado la maneta del gas. El mejor tiempo fue para Daniel Sanders (GasGas), mejor debutante del 2021 al terminar el Dakar en cuarto lugar; segundo, fue Pablo Quintanilla, uno de los hombres de la armada del Monster Energy Honda; y tercero, Ross Branch (Yamaha). Kevin Benavides, ganador de la prueba el año pasado, y que ha cambiado Honda por KTM, fue cuarto. El español Joan Barreda (Honda) fue noveno, a tres minutos del primero.
Quinto en meta, el campeón del mundo Matthias Walkner (KTM) tenía claro cuál sería la posición de salida ideal este domingo: “la mejor elección será salir en decimoquinta posición”, declaró. El “honor” lo tendrá Sanders; él saldrá 11º, que tampoco está nada mal.
Así es como arranca el Dakar, con algunas de sus grandes figuras jugando a perder para no salir demasiado retrasados, como hizo Peterhansel, y otros apostando por el triunfo para salir en la posición más retrasada posible.
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