Acostumbrada a romper techos de cristal, la francesa Stephanie Frappart (38 ) derribará una de las últimas barreras en el ámbito del fútbol al convertirse esta noche en el partido entre Costa Rica y Alemania en la primera mujer en arbitrar un partido del Mundial. Lo hará conformando un trío completamente femenino asistida por la brasileña Neuza Back y por la mexicana Karen Díaz Medina.
Su pasión por el arbitraje le viene de muy niña. A los 13 años, acudía a clases para aprenderse perfectamente el reglamento y de joven ya dio el paso de jugadora a trencilla. Sabe lo que es lidiar con hombres, ya que es la segunda de cuatro hermanos, entre los que dos eran árbitros, por lo que decidió seguir la tradición familiar. “Yo era terca como una mula, tenía vocación de árbitra desde niña y siempre he vivido en un mundo de chicos”, explicaba en un reportaje de ‘L’Équipe TV’ en el año 2019.
Los hitos de la francesa en el mundo del arbitraje son insuperables. Fue la primera mujer en dirigir una final de un Mundial femenino absoluto (2019), la primera en una fase final de competición europea masculina (la Supercopa de Europa de 2019) y la primera en estrenarse en la Champions masculina, en el Juventus-Dinamo de Kíev, en diciembre de 2020. Y ha pitado este pasado mes de mayo la final de la Copa de Francia entre Nantes y Niza.
Le avalan su experiencia y su temple, y será precisamente en Qatar, un país seriamente cuestionado por no respetar los derechos humanos, donde Frappart escribirá una nueva historia en el fútbol. Su nombre irá para siempre relacionado al de ‘pionera’