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Súbanse al carro de Alonso, otra vez

El 'Sea Camp' desde dentro: vivac especial para el inicio de la prueba

Llevamos demasiados años escuchando lo mismo de aficionados al fútbol a los que poco les importa la F1. También de fans de otros pilotos. “Alonso no va a volver a ganar”. “Hamilton es mejor, por eso tiene 7 títulos”. “Max está por encima”. “¿Por qué no se retira?” “Otra vez, dando falsas esperanzas…”. Cada año, cada carrera, siempre lo mismo. Muchos de ellos, un día se engancharon a la F1 gracias al asturiano, pero decidieron bajarse de ese carro pensando que su tiempo había terminado. Estaban siendo resultadistas. Se fijaban en que era 8º, 9º o 10º. 5º, 6º o 7º en los grandes días. No se fijaban en que ese 5º, 6º o 7º, en muchas ocasiones, era con un coche que estaba para ser 10º o 12º. Alonso se hartó de dar clases magistrales de pilotaje en la sombra en los últimos años, lejos de los ojos de los resultadistas, que volvían a atacar: “¿Cómo puedes decir que ha hecho magia si ha sido 6º?”. No lo entendían.

Muchos de ellos volvieron a vibrar con la remontada de Alonso en Bahrein y su podio. Pero el domingo, Alonso no hizo magia. No necesitó un día de lluvia para brillar con sus manos, ni probar suerte con una tanda más larga casi imposible con un coche inferior y una gran gestión para ganar plazas de forma impensable. Tampoco hacerse ancho para defenderse ni pegarse al DRS del coche de delante para que no le pasara su perseguidor. Lo del domingo no fue magia, fue realidad. Con un coche de podio hizo podio. Aplaudieron los resultadistas, con sorpresa. “¡Pues ha vuelto!”. Nunca se fue. El domingo volvió a maximizar el resultado que podía hacer su coche, exactamente igual que lo que lleva haciendo estos años. Muchos volvieron a verlo. Ya se pueden subir de nuevo al carro.

Por suerte, Alonso nunca escuchó esas críticas sin fundamento. Se centró en lo suyo y siguió creyendo pese a lo que dijeran. Continuó empujando haciendo oídos sordos, soñando en que algún día volvería a tener la oportunidad de luchar por cosas grandes, manteniendo el mismo objetivo de siempre. Aún no tiene el coche para ganar, pero está más cerca, ese es el objetivo del proyecto de Aston Martin. Continuando con la misma ilusión de siempre demostró una confianza y personalidad dignas del mejor de los campeones. Su insistencia puede tener premio. Vuelvan a subirse al carro. Llenen Montmeló y vuelvan a sentarse delante del televisor a aplaudir las gestas del ‘Nano‘. 

Agárrense, que vienen curvas.




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