Zecira Musovic. La mujer que dejó a Estados Unidos sin sueño americano. Ocupó la portería de Suecia tras el retiro de Hedvig Lindahl, e hizo historia desde el primer Mundial jugado.
Antes de que Musovic naciera, sus padres tuvieron que emigrar de Prijepolje, la ciudad donde vivían. El motivo, las guerras yugoslavas. El destino que eligieron para evitar un conflicto bélico fue Falun, una ciudad sueca de unos 40.000 habitantes.
Fue allí donde empezó a jugar al futbol, pasando por diversos equipos del país antes de aterrizar al Rosengard, el mejor equipo sueco del momento, con tan solo 16 años. Años más tarde llegó la llamada del Chelsea, equipo en el que milita actualmente y en el que es suplente.
“Me encanta jugar para Suecia. Ese siempre ha sido mi mayor sueño para devolverle algo al país que ayudó a mi familia”, dijo la guardameta sueca en una entrevista.
A los 27 años consiguió algo muy grande con el país al que quiere agradecérselo todo. Gracias a su excelente exhibición en el partido de octavos de final ante Estados Unidos del Mundial de Australia y Nueva Zelanda, Suecia pudo pasar a los cuartos de final.
Fue un partido eléctrico, con muchas ocasiones de gol, sobre todo para las estadounidenses. Las norteamericanas dispararon hasta 21 veces, siendo 11 de ellas a puerta. Pero Estados Unidos no vio portería. Las ocasiones más claras, un cohete de Lindsay Horan a casi 90 km/h y un cabezazo de Alex Morgan a pocos metros de distancia. Esto obligó a llevar el partido hasta la tanda de penaltis.
No paró ninguno, pero estuvo bien en la tanda de penaltis. Hizo su papel, el de despistar a las rivales, concretamente a la joven promesa Sophia Smith -que podría haber dado la clasificación a Estados Unidos-, y a dos leyendas como lo son Megan Rapinoe -la lanzadora de penaltis por excelencia en el Mundial de Francia- y Kelley O’Hara, para que fallaran el lanzamiento.
Las suecas pasaron a los cuartos de final, pero no hubiera sido posible sin su guardameta. También lo consideró así la FIFA, y Zecira Musovic recibió el premio a mejor jugadora del partido, el MVP.