Las autoridades estadounidenses informaron el lunes que el expresidente peruano Alejandro Toledo, pedido en extradición por la justicia peruana por sus nexos con la constructora brasileña Odebrecht, fue liberado después de una breve detención por sospecha de intoxicación pública en California.
La portavoz de la oficina del sheriff del condado de San Mateo, Rosemerry Blankswade, confirmó a The Associated Press que Toledo fue arrestado alrededor de las 10:30 pm del domingo hora local cerca de un restaurante en Menlo Park.
El exmandatario fue liberado el lunes por la mañana y los cargos fueron retirados, como es habitual en el caso de los sospechosos detenidos por embriaguez en público.
Toledo, de 72 años, está pedido en extradición por la justicia de Perú desde 2017. En ese año el entonces presidente peruano Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018) le pidió a Donald Trump que lo deportara.
Blankswade comentó también que los funcionarios de Interpol les dijeron que no tenían planes inmediatos para extraditar a Toledo y que el exmandatario peruano fue liberado de la cárcel.
“Mientras estaba detenido, recibimos un mensaje de Interpol sobre posibles cargos de Perú contra el Sr. Toledo Manrique”, dijo Blankswade, refiriéndose al apellido completo de la familia del sospechoso.
“Después de hablar con funcionarios peruanos y con la Interpol, nos enteramos de que la existencia de cargos en Perú por sí sola no autoriza el arresto del sujeto en los Estados Unidos”, añadió.
La fiscalía peruana ha solicitado una prisión preventiva de 18 meses en el marco de una investigación sobre la presunta recepción de un soborno de $20 millones por parte de la empresa brasileña Odebrecht a cambio de la concesión de la construcción de dos tramos de una carretera que une Brasil con la costa pacífica de Perú.
En febrero la fiscalía de Costa Rica allanó las oficinas el banco Scotiabank en San José mientras investigaba cómo habrían ingresado al sistema bancario $17 millones que se presume provienen de supuestos sobornos pagados a Toledo por las constructoras brasileñas para ganar licitaciones en Perú.
La cancillería peruana dijo más tarde en un comunicado que la detención de Toledo “no guarda relación alguna con el proceso de extradición en curso y que viene desarrollándose con el mayor celo con la coordinación de diversas instituciones del Estado”.
Un alto funcionario del gobierno peruano, que habló en condición de anonimato porque no estaba autorizado a discutir públicamente el caso, dijo a la AP que no es posible extraditar al expresidente por el cargo de intoxicación. Añadió que eso se debe a que la embriaguez pública “no forma parte de la solicitud de extradición”.
En breve conversación telefónica con la radio peruana RPP, Toledo dijo después: “estoy en casa escribiendo mi libro”. Cuando le preguntaron si había estado detenido, añadió: “yo no me caigo en esa trampa” y cortó.
No es la primera vez que la afición de Toledo por el alcohol ha llamado la atención pública.
Casi al fin de su mandato (2001-2006), el avión presidencial de Toledo se convirtió en el “avión parrandero” después de que apareciera un vídeo que mostraba a un funcionario ebrio cantando una melodía popular llamada “Pásame la botella” mientras viajaba durante una gira por Europa.
Tras abandonar el poder, el presidente entrante Alan García (2006-2011) publicó un recuento de las compras de licores de Toledo durante su estancia en el palacio presidencial: un total de $164,000 en licores, whisky, vino, cerveza y otras bebidas alcohólicas.