Susi Caramelo (en realidad, Susana Cabero Jaén, L’Hospitalet de Llobregat, 41 años) tenía la intuición de que se le daría bien cubrir alfombras rojas y saraos diversos, todo lo que la permitiera dar rienda suelta a su descaro, sus habilidades para improvisar y su escaso sentido del ridículo. Curtida en el monólogo en bares y teatros, la humorista pidió cubrir como reportera citas culturales “para vacilar a los actores”. Corría 2019 y se emitía la segunda temporada de Las que faltaban, programa con el que Movistar Plus+ respondía a la falta de mujeres cómicas en su parrilla. Un par de actuaciones y la magia de la viralidad sirvieron para que Susi Caramelo destacara. “No había hecho de reportera nunca. Bueno, una vez para Comedy Central, en el programa CCN, pero pasó sin pena ni gloria porque hacían lo de siempre, dar el protagonismo al entrevistado. En Las que faltaba tuve la suerte de que el editor se dio cuenta de que había que darme el protagonismo a mí, que era lo gracioso, mis salidas de tono”, recordaba en una entrevista este lunes en una cafetería de Madrid.
Acaba de llegar del carnaval de Las Palmas de Gran Canaria y ya está preparando la maleta para marcharse a la semana de la moda de París. Tras una parada en el festival de cine de Málaga, pondrá rumbo a Estados Unidos para pisar la alfombra roja de los Oscar y, la semana siguiente, los Grammy. Rojo Caramelo, que Movistar Plus+ emite los martes, es un formato hecho a medida que, tras su aparente locura e improvisación constante, oculta mucho trabajo previo. Cada entrega se compone de un monólogo inicial, una entrevista con un invitado que asesora a la humorista sobre el espectáculo concreto, y la particular cobertura de la cita. Los monólogos y las entrevistas las prepararon y grabaron en los meses previos, y ahora el equipo está volcado en cubrir los acontecimientos para completar los programas, que van se emiten lo más cerca posible de la cita en cuestión.
Más información
Todo está respaldado en un guion muy preparado, sobre el que Susi Caramelo improvisa. “Yo soy muy cuadriculada, me gusta prepararme mis tarjetas… Soy de las que se acuesta a las tres de la mañana trabajando y se despierta a las siete. Le dedico muchas horas, aunque luego todo parezca caótico y loco. La mejor improvisación es la que está muy bien preparada”, explica la humorista. Además, tiene la ayuda de otros guionistas y, sobre todo, del cómico Luis Álvaro. “Es mi mano derecha, me acompaña desde el principio de mi carrera en televisión y es uno de los tíos más brillantes que hay escribiendo en España”. Él la acompaña para prestar atención y avisarla de todo lo que a ella se le pueda escapar. “Es muy rápido viendo las cosas y yo soy muy rápida improvisando. Soy la cara visible, pero parte de mi carrera se la debo a él”.
Con su desparpajo y sin pelos en la lengua, Susi Caramelo ha aprendido, de alfombra roja en alfombra roja, que hay que echarle cara a la vida si se quiere conseguir algo. “¿Qué más he aprendido? Que se puede ganar mucho dinero haciendo algo que no tenía ni idea que se me daba bien”. También que no se puede gustar a todo el mundo, como a aquellas dos actrices, cuyos nombres prefiere no desvelar, que no se tomaron bien su humor. “Pero no pierdo mucho el tiempo en pensar en eso, porque si me afectara mucho, no podría continuar con el photocall, y tengo que pasar al siguiente”.
¿Y sobre la televisión, qué lecciones ha sacado en estos años? “Que tu palabra no es la última, que hay mucha gente por encima. Eso es jodido, y tienes que aprender a llevarlo. Yo soy una persona que está muy preocupada por no perder la esencia y que no me conviertan en algo que no soy, tengo que luchar mucho por eso. Pero los que mandan son los de arriba y muchas veces tienes que quitar cosas que tú no quitarías. Tengo suerte con Movistar, me respetan bastante la esencia, pero siempre hay algún chiste que se sale de tono y te lo quitan, y a lo mejor era un chistazo. Hay que aprender a poner buena cara y no dar mucho por saco, que a mí me cuesta bastante”.
Yo no he venido a revolucionar nada. A mí me gusta el humor clásico, que ya revolucionaron Mary Santpere o Rosa María Sardà
Con un estilo que puede recordar al que en los noventa desarrollaban los reporteros/humoristas de Caiga Quien Caiga, Susi Caramelo se sorprende de que su humor y su descaro llame la atención. “Yo no he venido a revolucionar nada. A mí me gusta el humor clásico, que ya revolucionaron Mary Santpere o Rosa Maria Sardà. Si la gente se escandaliza por una personalidad como la mía, deberíamos empezar a preocuparnos”. Es consciente de que ahora es más fácil ofender con el humor. “Pero eso no te puede parar como cómico, no podemos condicionar nuestro humor a la sociedad, porque siempre hay alguien que se va a ofender. Si hago chistes de alfombras, habrá un defensor de las alfombras que saldrá a dar por culo. No creo que sea más complicado hacer humor ahora, se puede hacer el humor de siempre, pero la gente se ofende más. No sé por qué, a veces siento que la sociedad va para atrás en vez de para adelante. Hay mucha tontería”.
Susi Caramelo, presentadora de ‘Rojo Caramelo’, en Madrid. KIKE PARA
¿Y es más difícil hacerse un hueco en la comedia siendo mujer? “Hoy se relaciona todo muy gratuitamente al feminismo. Yo soy feminista, pero no creo que haya que ligar el humor al feminismo, son dos cosas diferentes. El humor no tiene género. ¿Es más difícil hacer humor por ser mujer? Nunca me lo he planteado, siempre he dicho lo que me ha dado la gana sin pararme a pensar lo que van a pesar por ser mujer. Y creo que está guay que no me limite ese pensamiento”, reflexiona.
Me veo haciendo un matinal de cachondeo, tipo Ana Rosa pero de cachondeo
Ahora que tiene programa propio, con su nombre en él, y que está en la cresta de la ola, puede ser buen momento para mirar al futuro. “Yo lo que quiero es ganar mucho dinero en los próximos años haciendo lo que me gusta. Me gustaría tener un late night, no hace falta que sea de noche, a veces me veo haciendo un matinal de cachondeo, tipo Ana Rosa pero de cachondeo. Quiero hacer proyectos que me llenen y me permitan ser la persona que siempre he sido, y si puedo ganar mucho dinero en los próximos años para retirarme pronto y descansar, me encantaría. Porque tampoco te creas que me gusta mucho trabajar, ya he trabajado mucho, desde los 15 años, y con 41 años tengo muchos años cotizados. Me gustaría retirarme pronto y dedicarme a hacer mis actuaciones en teatros cuando me apetezca, en plan tranqui, como hacen los grandes”.
Puedes seguir EL PAÍS TELEVISIÓN en Twitter o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.
Contenido exclusivo para suscriptores
Lee sin límites