Desde que, tras los test post GP de España, Suzuki hizo pública su decisión de retirarse del Campeonato del Mundo una vez finalizada la temporada, ni Joan Mir ni Alex Rins han conseguido terminar una sola carrera.
Sería ventajista decir que la causa ha estado en ese anuncio, porque Alex Rins se cayó el pasado domingo en un incidente con Takaaki Nakagami mientras estaba protagonizando una buena remontada desde el final de la parrilla de salida. Pero tampoco sería real decir que la concentración en las filas del Team Ecstar Suzuki no se ha despeñado después del inesperado cierre empresarial.
“Yo diría que es casualidad, pero es obvio que cuando tienes una parte de tu cerebro ocupado en buscar trabajo para el año que viene, no es igual”, nos ha confesado un miembro del Team Suzuki.
Júntese este futuro incierto de cada uno de los miembros del equipo -pilotos incluidos- con la lógica falta de estímulos ante un proyecto con fecha de caducidad, y el resultado deja porque margen a la especulación.
Dentro del box de Suzuki, después del shock inicial el sentimiento de incredulidad empieza mutar hacia el rencor por cómo en Japón han gestionado una situación tan delicada. Recordemos cómo tanto DORNA como los patrocinadores se enteraron básicamente de su decisión de echar el cierre por un tweet, y cómo los responsables de la misma aprovecharon la víspera de la Golden Week -una periodo vacacional- para soltar la bomba y no dar señales hasta su vuelta a la actividad.
Pero teniendo en cuenta el histórico de Suzuki, esta espantada no debería sorprender. La primera vez que la marca con sede en Hamamatsu bajó la persiana de forma imprevista fue justo antes de empezar la temporada en un ya lejano 1984, dejando de un día para otro a pie a su piloto oficial, Randy Mamola. En 2012, ya en la era de MotoGP, se retiró también inesperadamente a sus cuarteles de invierno, para reaparecer en 2015. Y ahora, en 2022, la historia se repite. ¿Para volver o no volver?… ¡Quién sabe los planes de Japón!
Lo sorprendente en esta ocasión es que Suzuki ha decidido retirarse cuando deportivamente eran más competitivos que nunca y cuando su nueva moto había dado un importante paso adelante, mejorando sus puntos débiles sin haberse dejado por el camino sus virtudes. Lo tenían todo para ser protagonistas. Por eso es todavía más desconcertante su decisión.
Sea como fuere, lo que está claro es que tanto para los pilotos como para el resto del equipo la temporada se les va a hacer larga, larguísima.